Todo me sabe a agua, el tiempo avanza como en un maratón y a su vez como un paseo. Mi cabello se puede volver a trenzar, mis dedos están destrozados y mis uñas quebradas. El único paseo que hago es un círculo dentro de diez metros cuadrados. El frío deja de doler en los huesos y el calor no le da sabor a mi piel. Mis ojos quieren dormir, mi mandíbula aferrada a quebrar mis dientes. Mis dedos no dejan de temblar. Y mi cerebro... el hijo de puta no se presenta al trabajo.
Es jodido ver como las horas pasan y tu única preocupación es tomarte las pastillas a tiempo y checar que la cajetilla aun no esté vacía. Es jodido darse cuenta que la zona de descanso se haya convertido en la zona de desesperación.
Me apague y no puedo hacer nada al respecto, mi cuerpo trabaja a duras penas, mis sentidos se atrofian y mi corazón... bueno, ese maldito no ha dejado de descansar... Estoy apagado y lo único que quiero hacer es llorar, pero estoy tan entumido que ni las lágrimas quieren brotar.
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Escribiendo con los dedos frios
AléatoireEsta es una recopilación de una serie de escritos con el mero fin de desahogar pensamientos y emociones. No hay prologo, no hay personajes, no hay capítulos. No son más que mis ideales, sentimientos, miedos, alegrías, sueños, metas, traumas y trast...