Otro día primero de mes

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Otro mes que pasa.

Después de tres meses de diez miligramos de hidroxicina, después de un par más con respiraciones a medias, después de un par más de lagrimas derramadas, creo que por fin encontré dónde dejé mi paz; al menos estoy seguro de estar cerca de ella.

Hoy es primero del mes, es inevitable que la nostalgia no me invada, sin embargo, ya no me pesan las noches en las que te pienso, ya no me pesan las palabras que me dijiste mientras lloraba, ya no me pesan los días de intranquilidad, ni las tardes de pesadez, ni las mañanas de monotonía.

Ya no me pesas como antes, mi mandíbula ejerce cinco kilos menos de fuerza, mis extremidades ya no tiemblan como si estuviera a menos cinco grados bajo cero, y mi espalda ya no duele como si me acostara en una cama de piedra.

¿Cuánto me costó?: diez gotas de cbd en mi sistema cada ocho horas, cinco litros de lágrimas a la semana, veinte kilos de recuerdos, un paquete de fuerza de voluntad y un putero de amor propio.

Me cansé de llorar.

Hoy es otro primero del mes, la última vez te quería, ahora me quiero a mí. Gracias, necesitaba volver a vivir esto.

Un mes más, y ya estaré de pie.

Escribiendo con los dedos friosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora