La Boda 🌹

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2b - El día ha llegado...

9s - oh no, estoy muriendo, no puedo quedarme en mi cama descansando? No, no puedo ser cobarde ahora, 2b se enojara conmigo, y nunca me perdonaría...

2b- estaré frente a todos, mirándome, no puedo creer que sea tan tímida a estas alturas ".

2b- el día ha llegado... Ágape, él es lo que más amas, ya no puedes renunciar...

9s - Eros, Ágape es lo más importante y valioso que tienes en la vida, es tu corazón. Esta noche le diré todos mis sentimientos.

El refulgente día transformaba la luz. Una vereda de rosas blancas abrigaba el asfalto. El metal oxidado estaba adornado con elegancia, manojos de globos de hierro en las manos de los bípedos de mayor tamaño, sus smokings, con una belleza incierta, y melancólica. Cada espacio estaba aliñado con flores, lazos de seda, y arroz regado por los pizos. Devola y Popola llevaban un vestido color violeta, sus bellas zapatillas escarlata, y un peinado alto. Estaban bebiendo antes de que la fiesta comenzará.

Debola- Admitelo hermana, te querías casar con el novio "

Popola - Por dios! No puedo creer que seaís tan imprudente, y claro que no.
( se cruzaba de brazos)

Debola- Te morías por ese pequeño haha

Popola - todos te escucharan... Shhhhh. Sé que a ti te gustaba ese pequeñito.

Debola - piensas que te lo confesaré estando borracha hermana?

Popola - adelante

Debola - pues...admito que me parecía lindo. Sólo eso.

Popola - oh por dios!

Todos estaban a primera hora en la ceremonia, llevando los aperitivos, arreglando cada centímetro del parque de diversiones, el cual seguía tocando una melodía antigua. Nadie sabía su procedencia, pero una variedad de sorpresas abría los ojos de los invitados. El sacerdote que diría la melopea era un viejo amigo. Su nombre era pascal.
Un robot diferente a los demás, con propulsores en las piernas y un cíngulo sobre sus hombros, y una mirada extraña. Ojos verdes como focos encendidos pero por alguna razón llenos de suplicio. Un dolor abisal, en su corazón.
Lo conocían casi como un ermitaño, le gustaba estar solo, no hablaba con muchos, no sonreía, pero se dedicaba a meditar en un templo gigantesco. Lo habían convencido de recitar las poesías
Porque le recordaban a otra época de la que tenía lagunas mentales. Evitaba esos recuerdos que lo llenaban de pesadillas.
Una máquina inusual descendía de los edificios colapsados, aquellos que tenían puentes y cuando alguien los pisaba parecía que se destrozarian. Ese artificio llevaba música en su interior y colocaba con toda alegría sus melodías clásicas más distinguidas.

Comenzaba su función musical con la sonatas de verano que usualmente acompañaba de una copa de vino durante su descanso en esa choza dentro de la tierra. Cualquier máquina que se paseaba por la superficie alcanzaba a oír las melodías aunque estaban en lo más profundo de la tierra.
Con una sonrisa dibujada en su asimétrico cuerpo les hablaba con toda alegría y felicitaba a los invitados. Pero junto de Emil caminaba una mujer con pequeños niños, jugando, sus cabellos largos y blancos habían crecido hasta la cintura y volaban en el viento cada vez que su vestido ondulaba la brisa a su paso. Era A2, permitiendose sonreír. Parecía otra criatura, otro ser. Su frialdad quedaba atrás, como sus pasos en yorha. Sin embargo dentro de ella tenía la remembranza más siniestra. No podía olvidar lo cruel que era ese ser destinado a castigarlos. Deseaba hacer algo en el pasado y también había sido esa exactamente su frustración. Pero al final ella era solamente una chica.

💗El final Perfecto ❤️ 9s x 2bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora