──────oh my god.
"Al ver cómo Minnie y Yuqi se llevaban a Shuhua el otro día, Soyeon y Miyeon no pueden evitar preguntarse qué estaba pasando. Después de escuchar la noticia, su misión es unirse a Yuqi y Minnie para asegurarse de que el tiempo limitado de Shuhua esté en su punto máximo. Soojin, por otro lado, se toma su tiempo con el pétalo. Una conversación nocturna con ella misma la hace cuestionar la situación actual, y Minnie tiene que ir a rescatarla de la noche extrañamente silenciosa de Seúl."
ー¡Hola! ¡Somos (G)I-DLE!
Un hábito tan familiar que comienza a dibujar una sonrisa en su rostro. El patrón repetitivo de presentarse se había convertido en un recuerdo tan feliz que podía animarla. Un patrón que se sentiría honrada de repetir hasta que no pudiera más. Cuando las cosas empezaban a ponerse estresantes, normalmente se reía. Pero esto no era cosa de risa, y su mente estaba confabulada con el estrés. Todo lo que sabía era que tenía que llegar al fondo del asunto.
Aquí es donde continúa la historia…
꽃.
Los eventos del día anterior rondaban la mente de Soojin como una marea embravecida que carcome la orilla.
Estaba tirando de su propio aliento. Apenas podía moverse unos pasos en este punto sin sentir que se derrumbaría. El dolor y la tortura de contener algo tan horrible era abrumador. Había llegado al punto en que Shuhua se sintió caer de rodillas y se cubrió la boca con una mano. Tragando lo más fuerte que pudo, se puso de pie y levantó los pulgares. Minnie comenzó a acercarse a la chica, antes de que esta comenzara a correr.
ー¡Shuhua!
Shuhua sintió que inmediatamente perdía el conocimiento. Su cuerpo comenzó a caer hacia atrás, la mano volvió a bajar a su costado mientras caía. Los movimientos preventivos de Minnie hacia Shuhua la bendijeron con tiempo suficiente para ponerse detrás de la joven que caía y atraparla. Al bajar con ella, Yuqi prácticamente se deslizó por el suelo de rodillas al lado de Minnie. Miyeon y Soyeon compartieron una mirada antes de unirse a ellas.
Era una vista preocupante, la que temía durante una actuación. No pensó que sucedería en un día en el que estaban todas juntas, y mucho menos en el estudio. Los hombros de Soojin se tensaron cuando comenzó a alcanzar su teléfono. Sus pulgares volaron por la pantalla mientras le enviaba un mensaje de texto a Yuqi. Tenía que saber si Shuhua estaba bien. La pobre chica casi recibe un fuerte golpe contra el suelo. Pero había algo más que mantenía las preocupaciones de Soojin al frente.
Volviendo a colgar el teléfono, la mente de Soojin siguió reproduciendo los eventos del día anterior. Lo que más le molestó fue lo que Yuqi había sacado de la boca de Shuhua. Esa misma cosa, ese pétalo de flor, nunca dejaría de tocar el fondo de sus pensamientos. ー¿Qué diablos te pasa, Shuhua?ー Un tono ligeramente molesto acompañó la pregunta retórica.