Capítulo 09.|Sin Límites|

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Capítulo 09. |Sin límites|

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<<Gabriel>>






El día de hoy se cumple un mes que contraté a Julieta como una pasante universitaria para mí empresa, solo por un año, mientras que le tardaban en entregar su título.

Se suponía que hice este grandísimo favor a mis arquitectos favoritos, solo para que me próximamente me pudieran construir mis futuros edificios, sin ningún inconveniente y más adelante comenzarán a trabajar solo para mí.

La idea primeriza era que sería mi secretaria, solo para poder aconsejarla en el futuro, y se pudiera apoyar con las ideas que tuviera en lo que trabajaría para mí, para después mejor se me ocurrió que fuera mi asistente personal, para que empezará desde abajo y se diera cuenta de como es inciar desde cero hasta que subiera por su esfuerzo.

Lo único que quería realmente es ayudar a una joven de unos socios, solo para demostrar que mí empresa sería un gran ejemplo para los jóvenes.

Imperio Dorado es lo más sagrado e importante para mí, debido a que mi madre, trabajo muchísimo para levantarla y hacer que se volvería la más poderosa de México.

El problema, es que jamás en mi vida, creí que el karma me llegaría tan pronto. Ni siquiera me pasó algo así, cuando me encuentro en mi trabajo oscuro.

Lo que sería una noche de diversión, resultó siendo un completo desastre.

Cuando me refería que desearía volver a ver a la chica con la que pase la mejor noche de mi vida, nunca creí que el destino me la presentaría tan pronto.

¡Muchos menos que sería volver a verla en mi propia empresa!

Y para ser sincero, lo que en verdad me jode, es que ella no recuerda nada o mejor dicho, ella no me recuerda.

Incluso llegué a pensar que solo se hacía la desentendida pero más tarde me di cuenta que es cierto que no recuerda lo que hicimos es noche en el cuarto de hotel de mi club. Por que estoy 100% que se hubiera ido de la empresa, si se acordará de mi.

Ese es golpe bajo para mi ego. Que una chica completamente desconocida, que nunca en mi vida la había visto, me tenga con los nervios de punta. Y con la maldita cabeza en el infierno.

Verla los seis días de la semana, cada rato,me hace tener remordimiento de mis acciones. Y no me refiero con arrepentirme, por que lo hecho está hecho.

Tuve una grandiosa noche con una hermosa chica que resuelto ser mi asistente personal.

Y estoy dando mi mayor esfuerzo para no caer en la maldita tentación de hacer que me recuerde cada que la tengo en mi oficina.

Cada día, siento que voy a llegar a mi límite de paciencia, cosa que tengo que aguantar. No puedo manchar la reputación de la empresa con una maldita aventura.

No puedo, no debo y no quiero.

—¿Por que esa cara? ¿Acaso tu conciencia no te deja dormir?— escucho la voz de Sebastián, que se encuentra entrando a mi oficina. Se asegura de cerrar la puerta.

Frustrado me paso las manos sobre mi rostro para soltar un suspiro de cansancio.

—No es mi conciencia. Ni siquiera conozco esa palabra.— respondo con aburrimiento, viendo por mi gran ventanal.

—Oh, cierto, olvide que estaba hablando no solo con Gabriel Villanueva, sino, con el trigésimo Carbajal. Cuyo hombre que no tiene límites para asesinar con sus enemigos y traidores.— me deja un café frío sobre mi escritorio para tomar asiento delante mío.

La Amante del Mafioso [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora