La Amante del Mafioso [Editando]

Capitulo 03. |La Entrevista de Trabajo|

Capítulo 03. |La entrevista de trabajo|

<<Julieta>>

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—¡Somos libres de los estudios universitarios!— grita a todo pulmón Camila, levantando los brazos y haciendo un mini baile. —¡No más libros, ni maestros, ni nada!— se lanza sobre la cama para quedarse acostada. 

—Exacto, pero ahora debemos de iniciar a la vida de adultas y comenzar la vida laboral. En pocas palabras, tenemos que trabajar.— le digo haciendo que me lance una mirada agria. 

— Tú y tus gustos de quitarle lo divertido a la vida. — se queja cruzando los brazos.

—Es la realidad, mejor dicho. — me siento a su lado soltando un suspiro. —A partir de hoy, debemos de comportarnos como unas adultas responsables, Camila. Ya no somos unas adolescentes que dependen de sus padres. Esa etapa ya es pasado y ahora somos adultas con responsabilidades. 

—Me tenías que recordar lo peor de crecer. Que es trabajar y pagar deudas. — refunfuña y me lanza una almohada que atrapo.

—Es la ley de la adultez, sabías.

—Si, si, si, como sea. — se incorpora con su codos y me mira. —Lo tengo muy en mente y demasiado en claro que ahora que vamos a vivir juntas como compañeras, hay que conseguir un empleo y esas cosas. Pero ahorita no hay que pensar en eso.

Alzo una ceja, para mirarla con desconfianza 

—Lo que sea que vayas a decir es un no.—le digo a lo que ella hace un tipo berrinche.

—¡Por favor! ¡Tenemos que celebrar un logró!— me pide jalando mi brazo. Se levanta y pone sus manos en su cintura. —Oye, no todos los días terminas una carrera universitaria.— me reprocha haciendo que ruede mis ojos. —¡Solo nos iremos a divertir un poco! ¿No entiendo cual es el problema?

—El problema es que a lo que tú llamas diversión, es a ir , a un antro o club, solo para estar a ciertas horas de la madrugada, para que termines borracha y ya luego te tengo que cuidar de  sujetos extraños.— gruño, para recordar lo que paso hace un mes. —Para mí es todo lo contrario.— finalizó y me mira con aburrimiento.

—¡Vamos! Solo por hoy. Y te prometo no beber mucho o dejarte sola. — me pestañea varias veces y le entre cierro los ojos.

—No lo se, Camy, es que mañana tengo mi entrevista de trabajo. 

—¡Y también te juro venirnos rápido! — me sujeta de las manos para mirarme fijamente. —Que te parece si no vamos a las 10 y llegamos a las 12 o 1. ¿Que dices? ¿Si? 

—Mmm, déjame pensarlo, para ver si ...

—Vamos, por favor, ¿A qué hora tienes que ir?

—Mi cita es a medio día y ...

—¡Ahí está! Te da tiempo de dormir las horas perdidas y poder ir fresca como una lechuga. 

—Camila...— la nombró entre dientes.

—¡Tu di que si amiga! Por qué te apuesto que será una noche inolvidable. — me guiña un ojo y yo le entre cierro los mios.

—¿Así? ¿Por qué estás tan segura?— la cuestionó a lo que ella me da una sonrisa siniestra. 

—Porque pude conseguir dos entradas para uno de los mejores clubes de la ciudad. ¡Mira! —de su bolsa me muestras dos entradas. —Entradas para el club el infierno.
 
—¿El infierno? — repito un poco temerosa. —¿Que clase de nombre es ese para un club nocturno?— inquiero para agarrar una y leer lo que dice en el papelito.