009, ultimate

671 83 3
                                    


ooix. definitivo

— Ya no sé qué hacer, todos esos pensamientos están en sus cabezas y nada los puede hacer cambiar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ya no sé qué hacer, todos esos pensamientos están en sus cabezas y nada los puede hacer cambiar. Lo siento.— lloriqueó Kyōshi una especie de "guardia personal" o algo así, aunque lo podía definir mejor como un espía dentro de los barrios bajos en el clan Senju.

— Deja de llorar.— se quejó la pelinegra mirándolo con desagrado.

Le resultaba realmente raro verlo llorar de esa manera tan patética.

— No pude hacerlos cambiar de opinión. Lo siento.— se disculpó denuevo provocando un suspiro de parte de la pelinegra, le irritaba que repitiera tanto el mismo asunto una y otra vez.

Como un disco rayado.

— Bien.— suspiró mirándolo directamente, analizando la información que el muchacho le presentó durante los últimos meses.— La última vez dijiste que hablaron sobre un sello en su memoria.— se inclinó sobre su escritorio para tomar un paño húmedo de un recipiente con agua.— Así que por eso los genjutsu no funcionaron la última vez.

— Sí...— murmuró en un gimoteo.

— Supongo que tendré que tomar una decisión definitiva.— su voz sonó rota.

Kyōshi la observó casi confundido, no estaba seguro de a qué se refería la chica.

La observó durante unos minutos en silencio con una mirada tranquila, analizando cada movimiento que hacía, pero de un momento a otro, su expresión se convirtió en una de sorpresa y cierto toque de terror al ver a su superior. 

Akame se agarró la cabeza al sentir un fuerte dolor de cabeza, era como si el estrés la consumía de a poco. Quejándose en voz baja se pasó el paño por el rostro al sentir cómo comenzaba a arder.

Los últimos días —gracias al cansancio, cabe destacar— había padecido de fiebre constante, pero se había negado a descansar.

— ¿Qué te sucede?— le pregunto cuando lo miro mostrando sus ojeras, su estado afiebrado solo hizo que comenzara a sudar más, se pasó el paño por las mejillas y el mentón cubiertos con maquillaje que habían comenzado a picar, y tuvo que quitárselo.

Namiko siempre supo que a Akame le incomodaban esas cicatrices, por ello, desde que las había obtenido se había encargado de cubrirlas para que a la pequeña no le resultara incómodo verse al espejo todo el tiempo.

Podía sentir perfectamente el borde de aquellas marcas hechas por su antiguo maestro, de manera silenciosa se prometió ya no usar esa cantidad de maquillaje mientras miraba la expresión aterrada en el rostro ahora completamente pálido de Kyōshi.

Lover ━━━━ NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora