lover ⁚⁚⁚━━ La vida en ocasiones pude llegar a ser arrolladora y hasta completamente horrible, la cuestión está en las personas que deciden superarla y vivir con ella, y las que no soportan el peso de esta.
Senju Akame logró encajar perfectamen...
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Quizá aún no habían pasado ni dos años desde que el recinto de los Senju fue eliminado a sangre fría de la noche a la mañana, convirtiéndose en una masacre silenciosa y cruel.
El revuelo en la aldea no se hizo esperar el día siguiente a lo ocurrido, habían ninjas por todos lado recogiendo los cuerpos, los aldeanos estaban asustados, a la espera de la declaración de la líder del clan.
Pero Senju Akame no dio una testificación alguna sobre el incidente.
Como había prometido anteriormente, el Hokage se encargó de poner orden y aclarar el asunto, informando cómo la Senju se encontraba e informando su retirada de las obligaciones de los Senju.
Se logró tapar el incidente como un ataque terrorista, con varios clones, la —ahora— peliblanca se encargó de trasladar cosas valiosas de las casas, para que pareciera por lo menos algo real.
Se identificó a los culpables rápidamente en los alrededores del bosque cerca del recinto donde habitaban los Senju.
Akame había estado siguiendo los pasos de un grupo terrorista durante varios días, ese día en la noche había trasladado las cosas valiosas cerca de donde se encontraban.
Fueron tontos al tomarlas sin percatarse ni sospechar de nada. No fue demasiado difícil atraparlos para los ANBU, porque cuando descubrieron el cadáver escondido entre las cosas fue demasiado tarde.
En un principio los aldeanos se alteraron por la noticia de los terroristas, por ello se levantó seguridad al rededor.
Para el Hokage fue un poco desconsolador saber que al poco tiempo los aldeanos dejaron de tomarle importancia al asunto de los Senju. Aunque a su vez fue algo bueno que no estuvieran aterrorizados por ello, pero parecían no haberle tomado mayor importancia.
Como si no hubiera significado nada que el clan del que venían el primer y el segundo Hokage hubiese desaparecido.
Akame tenía la coartada perfecta para obviarse del cargo del suceso, el trabajo de organización para el festival de primavera que pronto arribaría era algo que debía estar tratando con el Hokage, puesto que el clan Senju se había convertido —gracias al propio capricho de los ancianos del concejo— en el encargado de hacerlo ese año.
El clan Senju quedó para la historia de konoha.
La muchacha había logrado superar el suceso con éxito, y se encontraba mucho mejor de lo que Hiruzen podría haber pensado.
Se tomó los sucesos con la cabeza bien fría, y eso hasta cierto punto era preocupante.
Pero no le quedó tiempo de preocuparse o de pensar en ello.
Siempre que la muchacha lo veía era para presentar informes de las misiones y recibir órdenes y algunas veces en las reuniones del concejo —las cuales eran escasas— y el tiempo libre que tenía se la pasaba en el hospital, donde ocasionalmente suplantaba a los médicos como refuerzo, o se encontraba en su apartamento, leyendo.
