Caldero Chorreante

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Wei Ying buscaba desesperadamente una bola de pelos negra, desde que llegó al Caldero Chorreante lo había perdido de vista.

—¡Suibian!—por más que lo llamaba el conejo no aparecía. Si Jiang Cheng estuviera ahí ya estaría pegándole de gritos y regañándole frente a todos—¿Dónde se habrá metido?

El sonar de pequeños ruidos alertó al de ojos grises, quien giró su cabeza en busca del emisor. Por la entrada vió como dos pequeñas bolas peludas salían corriendo.

—¿Ese era...?—antes de terminar su pregunta Wei Ying corrió para comprobar si sus suposiciones eran ciertas.

Con prisa salió de la habitación, iba doblando en una esquina del pasillo cuando sin fijarse terminó estampándose con fuerza contra algo. Por el impacto estaba a punto de caer al suelo, pero una mano lo sujetó con firmeza evitando que sucediera.

WuXian había cerrado los ojos esperando el suelo pero como este nunca llegó terminó por abrirlos.

—Lan... Zhan...—dijo casi en un susurro el Gryffindor.

Se había quedado mudo al ver a Lan y no porque no lo esperase ver, sino por la nueva apariencia de Lan WangJi. Sabía que el Ravenclaw también llegaría al Caldero Chorreante, pero no se esperaba aquella vista.

En estas vacaciones de verano que habían pasado ambos mantuvieron contacto por cartas, pero no se habían visto. Por lo que ahora Wei Ying pudo notar como el Ravenclaw parecía haber crecido más, ahora eran casi diez centímetros de diferencia, su rostro casi terminaba de perder los pocos rasgos infantiles y con esa mirada seria sólo lo hacía verse aún mayor, además su cuerpo parecía haberse tonificado, sus hombros lucían más anchos y sus brazos parecían tener más musculatura de la que recordaba.

"¿Habrá hecho ejercicio?" Se preguntó Wei Ying. Ya no quedaba casi nada del niño que conoció hace cinco años, ahora el joven delante de él parecía alguien nuevo a sus ojos.

—Wei Ying...—dijo gentilmente. El sonido de su voz hizo vibrar al más bajo, hasta parecía que también sonaba más grave—Ten más cuidado.

Wei Ying sonrió divertido, pondría verse diferente, pero sin duda era el mismo Lan Zhan de siempre.

En eso pequeñas bolas peludas llegaron hasta los pies de ambos. Dos conejos se perseguían mutuamente y corrían entre los dos jóvenes.

—Mira Lan Zhan, se nota que se extrañaron mucho—dijo Wei Ying mirando al par de conejos.

—Mn—dijo el Lan pero con la vista aún fija en Wei Ying.

Wei Ying se agachó para tomar ambos animales—¿Acabas de llegar?—preguntó pasándole el conejo blanco a WangJi.

—Mn—asintió tomando a Bichen en brazos.—¿Y tú?

Lan WangJi tenía entendido que Wei Ying supuestamente llegaría dos días después junto a su hermano. Así que verlo ahí también había sido una sorpresa.

—Llegué ayer en la noche, Jiang Cheng aún no llega, dijo que terminaría de comprar las cosas que le faltaban y en uno o dos días más me alcanzaría aquí—explicó con una sonrisa el de los ojos grises.—Después podemos tomar el tren juntos.

Justo antes de entrar a Hogwarts Wei Ying le pidió al Lan que se encontraran en el Caldero Chorreante para irse juntos en el tren, algo que Lan WangJi no se opuso, pero si sorprendió un poco al Gryffindor cuando notó que el Lan había llegado antes de lo pensado.

—Ven Lan Zhan vamos a comer algo—dijo Wei Ying tomado a Lan Zhan de la mano y arrástralo para sentarse juntos en una mesa.—¿Cómo estuvieron tus vacaciones? ¿Está bien XiChen? ¿Qué hay de tu padre y tío?

El Chico De RavenclawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora