El Perro Y La Carne [Fargexby]

O N E

David y Alejandro se encontraban caminando por la calle mientras hablaban y reían, estos se dirigían hacia la casa del menor de ellos.

Hasta que Alex paró su caminata para hablar y volteó a ver a su amigo con una expresión alarmada.

—¡Fargan!

—¿Si?

—Acompáñame a comprar un cubo.

—¿Un cubo?

—Sí, una cubeta.

Alex ya se encontraba cansado de utilizar la ausencia de este para evitar limpiar su hogar. Porque Alex podría ser un flojo pero no un guarro.

—Entonces... Vale, ¿Dónde lo compramos?

Pasaron a comprar el balde en un mercadillo y volvieron a retomar su camino a casa.

—¡Alexby!

—¿Si?

—¿Qué comeremos, tío? Me muero de hambre.—Fargan hizo un puchero, a lo que Alex respondió con una sonrisa.

—Pues.—Respondió alargando la e. —¿Qué te parece si paramos a comprar algo de carne y cocinamos algo? La verdad es que ahora mismo no me apetece comer en la calle la verdad.

—¡Correcto! Vamos entonces.

Después de comprar la carne decidieron utilizar el balde como una bolsa provisional, metieron la carne al balde y la colocaron en el suelo.

—¡Ya está todo listo! Ya sólo faltaría llegar a casa y cocinarla.

Fargan puso una mueca de asco.

-Iugh ¿Cocinar?

—Vale.—Dijo Alex esta vez alargando la a. —Yo la hago, pero también pon de tu parte, podrías ayudarme mientras YO cocino ¿Te parece?— Sonrío al terminar.

—Me encantaría.—Dijo y le regresó la sonrisa.

No tenía idea de cuánto tiempo se estuvo viendo a Fargan, parecieron horas lo que probablemente eran menos de diez minutos y es que ¿Cómo era posible que este chico no tuviese novia? Si es que parecía la octava maravilla, y su cabello, actualmente naranja debido a una apuesta, sólo lo hacía lucir aún más encantador si es que se podía, pero ¿Cómo era posible que jamás lo notara? Además ¿Cómo era posible que aún no se quejara? Pero si de seguro se veía más desesperado que cuando está por terminar su serie favorita y sólo le queda un último capítulo para que tarden cuatrocientos años en sacar otra temporada, de hecho si no estuviese tan ocupado en recriminarse a sí mismo en su cerebro por estar tan insistente en éstas últimas semanas en verse y pasar tanto tiempo juntos que creía ya hasta lo estaba asustando, incluso creería que él lo estaba mirando de la misma manera.

¡Pero es que ya no sabía ni que creer! pues la verdad es que desde que se dió cuenta de que le gustaba se sentía como un crío de colegio quien no para de ver a su maestra en clases, pero si le preguntabas hace un mes al Alex Del pasado te diría que Fargan era algo guapo pero no estaba tan desesperado ¿Verdad?

Pues al parecer sí, dió un paso al frente cuando el sonido de una bolsa lo sacó de su burbuja.

Surgió otra pregunta aún más importante ¿Cómo era posible que la carne ya no estuviera?

—¿Eh?— Dijo Alejandro, bien hecho Alex, esa carne era cara.

Mientras Alexby estaba ocupado con su amor inalcanzable, un perro callejero decidió hacérselas con su carne, se llevó la bolsa y metió el hocico en la misma, Fargan le gritó pero a pesar de que el perro se alejó ya se había comido un buen trozo.