четыре.

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Si tan sólo Manuel tuviera derecho, se levantaría de su asiento y tomaría a aquella chica de las greñas y estrellaría su cabeza contra la pared.

Si él tan sólo tuviera el derecho de hacerlo. Pero no lo hacía. No lo tenía.

Manuel miraba sin disimulo y con una enorme cara de asco a esa peli negra, ojos verdes, que estaba sentada al lado de Valentín, hablando como si fueran amigos de toda la vida, a pesar de conocerse desde hace 5 horas.

Pero yo tengo más derecho que ella. Yo conozco a Valentín desde hace 2 años.

Pensó Manuel, algo enojado.

Hizo un ruido de frustración y recostó su cabeza en sus brazos, algo irritado por la imagen que había estado presenciando desde hace más de 20 minutos. Él quería ser esa chica y que Valentín al menos lo mirara.

Y Valentín lo vio. Claro. Pero no de la forma que a Manuel le gustaría si se hubiera dado cuenta que su amado lo vio. Él lo vio con burla, con deje orgulloso, a pesar que tampoco quería tener a esa chica al lado.

Le caía bien Nicole. Era una de las cuatro novias de Mateo. Pero si eso implicaba no tener a Manuel a su lado en su momento libre, preferiría mil veces estar con la pequeña Nicole.

Él -notoriamente- no era muy sociable. Tenía pocos amigos. Mateo, Sergio y Javier. No necesitaba más, con ellos estaba bien.

A él no le agradaba hacer amigos. Para nada. Y todos lo sabían, y era por eso que nunca se le acercaban.

Pero Manuel siempre lo supo y aún así se le acercó, tal vez eso fue lo que hizo a Valentín odiarlo como a nadie. Que fuera tan terco y tan masoquista.

No le asqueaba Manuel, le desagradaba. Todo de él. No lo soportaba. Quería alejarlo de él lo más que podía, y si eso implicaba hacer otras amistades, él simplemente lo haría.

Pero Manuel no quería que fuera con niñas bonita. No si son el doble de bonitas que él.

Así que pensó. ¿Qué podría hacer a Valentín distraerse de ella?

Era su tiempo libre, ¿no? Podía salir.

Sonrió. Se levantó corriendo, sin hacer nada de ruido. Y rápidamente tomó la mano de Valentín, para empezar a correr hacia afuera.

Corrió. Mucho. Ignorando las quejas de Valentín y sus intentos por soltarse. Manuel podía tener tanta fuerza como él quisiera si se lo proponía.

-¿Qué mierda hacés? -Valentín, enojado, quitó de inmediato su muñeca de la mano de Manuel. Él estaba manteniendo una charla con Nicole, y simplemente era arruinada por Manuel.

-Q-Quería decirte algo... -Algo cansado, Manuel formuló. No era verdad, él no quería decirle nada a Valentín, más que pedirle que se alejara de la chica. Pero él no lo diría, claro. -s-sos bueno en física. Quería pedirte si me enseñás.

Valentín frunció el ceño y rápidamente negó. No soportaría tener más minutos con Manuel que los usuales.

-No.

Manuel asintió. Él era muy bueno en física, pero era obvio que Valentín no sabría, aún después de las centenares de veces que le dijo. Eso no le importó tanto. Había logrado su objeto y eso era suficiente. Logró apartar a Valentín de la susodicha, Nicole.

-Estoy cansado, ¿vos no? -Algo divertido Manuel rió, sentándose en el césped. Valentín negó.

Él no se fue. Él se quedó con Manuel cuando miró que no formularía nada más.

Probablemente se estaba acostumbrando un poco a la molesta presencia de Manuel. Muy poco.

Manuel estaba en un pequeño trance. Un debate entre su yo interno derecho y su yo interno izquierdo. Él sólo podía recapitular lo que hizo. Algo orgulloso.

No se dio cuenta que Valentín se quedó a su lado, parado. Pero él no diría nada. Él sentía lo que Valentín emanaba en ese momento, era paz y tranquilidad. Muy diferente a lo que emanaba cuando él estaba hablando.

Él pensó en eso. Mucho.

𝘾𝙖𝙡𝙡𝙤𝙪𝙨𝙣𝙚𝙨𝙨 - 𝒘𝒐𝒔𝒑𝒍𝒊𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora