𝚂𝚑𝚎 𝙻𝚘𝚟𝚎𝚜 𝙲𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕. ━𝙼𝚊𝚕𝚛𝚛𝚢.

𝟶𝟽. ━𝚌𝚘𝚗𝚜𝚎𝚚𝚞𝚎𝚗𝚌𝚎𝚜.

Isla de los Perdidos.
Presente:

Avanzando con un paso rápido por las calles de la Isla, se encontraban cuatro VK's. No se sabía cuál de los cuatro, tenía más coraje dentro hacia aquella banda de piratas. Sin dudas Uma no se cansaba de hacer conflictos con ellos ni aunque pasaran un año entero sin verse. La hija de Úrsula no parecía olvidar absolutamente nada.

—¿Tenemos el plan claro? —gruñó Mal. Caminaba a paso apurado. No les quedaba mucho tiempo para llegar—. No quiero que a última hora todo se joda.

—No se va a joder, M. —Evie sabía bien cuánta presión recaía sobre Mal en aquel momento, y precisamente, no quería que su mejor amiga se sintiera así—. Todo va a salir bien. —La sujetó de las manos deteniéndola antes de entrar al muelle. Sus miradas se cruzaron—. Estoy contigo. Pase lo que pase.

Mal respiró profundo y asintió sin poder ver a los ojos pardos y sinceros de Evie. No le iba a mostrar debilidad aunque por dentro sintiera que algo iba a salir mal. Ella era así: fingía fortaleza hasta cuando se estaba derrumbando pedazo por pedazo sin saber cómo construirse. A veces pretendemos ser más de lo que somos.

—¿Tienes la varita, Carlos?

—Sí. Aquí está. —Carlos sacó la varita y se la dio a Mal. Ella la vio de arriba abajo analizando los detalles uno por uno y finalmente se la dio de vuelta. No podían fallar.

—Vamos.

Los cuatro entraron por el túnel cilíndrico, los cuatro iban a dejar todo en manos de la mismísima suerte con el plan que tenían.

(...)

Isla de los Perdidos.

El atardecer estaba recayendo sobre el Muelle de los goblins. El cielo tras la barrera se teñía de tonalidades naranjas y rojas que al reflejarse en el mar, mostraban un púrpura dibujado sobre las olas fieras y agresivas que chocaban contra los arrecifes. Era la tarde más deseada por Uma, y quizás, la menos querida por Harry.

Allí parado con su reloj de bolsillo en la mano estaba él. Frente por frente Ben Beast atado al primer mástil. Los dos se miraban fijamente y Harry se preguntaba qué había visto Mal en aquel reycillo estúpido: ¿la sonrisa?, ¿los ojos?, ¿el cabello? Era obvio que la sonrisa, los ojos, y el cabello de Harry eran para Mal mucho más llamativos que cualquier cosa de Ben, y si hay que ser exactos, aquello se notaba a leguas de distancia. El único problema en aquel momento, era que los celos que Harry sentía junto al coraje de aquel encuentro en Ursula's Fish & Chip no lo dejaban ver, las cosas buenas que Mal le había dicho alguna vez.

Ninguno de los dos nunca se había decidido a sentir por el otro. Harry lo intentó en el pasado, pero sólo logró el rechazo de Mal por lo cual se aferró únicamente a lo que debían ser y no a lo que él quería ser para ella. Ella le temía a sentir y él le temía a perderla. Esa fue la historia tras el fuego. Esa fue la historia tras dos jóvenes "indiferentes" al amor.

—Tsk, tsk, tsk... Ella no te ama ni lo hará. —Harry sonreía de oreja a oreja y jugaba con el reloj de bolsillo en frente de Ben. Guardaba tanto odio hacia aquel castaño, que no podía explicarse a sí mismo con actos exactos, qué sería capaz de hacerle si permanecía cinco minutos más frente a él.

—Mal no es como ustedes. Ella sólo necesita superar sus miedos.

—¿Tú qué sabes, niño bonito? —Ben por un momento se lo debatió a sí mismo con la mirada posada en los tablones del piso del barco: ¿qué sabía él?—. No conoces a Mal. —Sonrió enseñando su perfecta dentadura—. Ni lo harás.