Parte 6

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Alberto comenzó a impedirme trabajar porque decía que las mujeres debían dejar que el hombre dé el sustento al hogar. Por lo tanto, poco después Alberto comenzó a cerrar el portón con candado y no podía salir a hablar con las vecinas. Cuando le pregunté por qué me había encerrado con candado me respondió:

Alberto: "¡TÚ ERES MÍA Y DE NADIE MÁS! NINGÚN HOMBRE PUEDE TOCARTE, VERTE, NI ESTAR CERCA!"

Ahí fue el momento en que me di cuenta que Alberto no había cambiado en lo absoluto, se había puesto peor. Llame a mamá pero el teléfono tenía doble línea y no sabía cómo comunicarme con ella sin que Alberto se enterara. Estaba aterrada y harta del martirio que tenía conmigo, me trataba como una esclava. Yo no reconocía más a el hombre con el que me había casado. Esa misma tarde mi madre me visito y le dije que se llevara a los nenes que iba arreglar lo que estaba pasando. Mi madre sabía lo que pasaba por las marcas por lo tanto asintió y se fue con los nenes. Me encargué de esperarlo detrás de la cortina del baño con un cuchillo afilado, esta vez no iba a dejar que hiciera de las suyas conmigo. El comenzó a llamarme múltiples veces y yo pacientemente me quedé en la letrina. De pronto vi la sombra de él buscándome y alterado pidiendo que le sirviera comida. Entró al baño, fue a la ducha y mientras abría la cortina con mi cuchillo le grité:

Isabel: "¡MUÉVETE LENTAMENTE HACIA ATRÁS O TE MATO!"

Él asustado comenzó a decir:
Alberto: "Isabel, el diablo te está usando, baja eso"
Isabel: "!QUE ME LLEVE EL DIABLO, MAL NACIDO, ESTOY HARTA DE TUS ABUSOS! ¡DAME LAS LLAVES AHORA!"
Me entregó las llaves seriamente y mientras lo apuntaba fui moviéndome rápidamente al carro y arranqué. Aunque no sabía cómo manejar bien pero pude salir de aquel maldito infierno que estaba apunto de matarme, jamás  en mi perra vida había pasado por una maldición como esa.

                                 FIN

El verdadero infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora