Capítulo 4 "Dudas"

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Roxana

Desde aquella noche del viernes no volví a ver a Patricia por el área de Operaciones. 

A la hora del almuerzo no aparecía por el comedor, no  se si se estaba escondiendo de mi o simplemente no coincidiamos en el horario. 

Durante una semana estuve en el comedor más tiempo de lo reglamentario sólo con la idea de poder verla.

Al salir esperaba cerca del estacionamiento para verla salir y  al entrar  llegaba más temprano para verla pasar, pero lamentablemente nuestros tiempos nunca coincidieron.

Buscaba mil excusas para pasar por lugares en donde pensaba que podía encontrarmela. Algo en ella me atraía,  tal vez era la sensación del peligro y el miedo a lo desconocido lo que me llevaba al mismo lugar que me hacían  sentir viva.

Tal vez sería más  fácil ir al ala de la empresa en donde se encuentra el servicio médico, pero no me atrevia. El pánico  a lo que podía sentir realmente me paralizaba. No encontraba las razones para explicar porque estaría allí y no quería que ella pensara  que  realmente me gustaba, porque no era cierto, yo no soy gay, sólo se trata de un no se que, que me da cuando la veo. Se que parezco tonta pero esto es nuevo para mi y realmente no se como debo actuar.

Después de dos semanas me armé de valor y camine hasta el consultorio, con los nervios a flor de piel, llegue a la puerta de enormes vidrios oscuros con un letrero en el medio que dice "Servicio Medico" toque tal vez un par de veces.

Mientras se escuchaba el leve crujir de la puerta al abrirse, pasaban por mi mente mil palabras para   decir y poder iniciar una frase, al terminar de abrirse por completo se asoma  la enfermera.

- ¡Hola! Feliz tarde!. Quería hacerle una consulta a la Doctora Patricia, podrías por favor decirle que estoy aquí.

---  ¡Hola! ¿Cómo está Licenciada  Roxana?. La Doctora Patricia  no vino hoy. Pero digame que necesita, a lo mejor puedo ayudarla.

No puede ser!!. Después de tanto animarme para venir a verla, el puto  destino me hace una mala jugada.

Sentí como cuando te lanzan un balde  de agua helada.  

No puedes ayudarme a descifrar que es lo que estoy sintiendo...Pensé.

- No!. No te preocupes. El lunes pasaré de nuevo para hablar con ella. 

- ¡Gracias!.

Pase el resto de la tarde dispersa, con un montón de dudas  dando vueltas en mi cabeza.

Salí de la oficina y de pronto me entró unas ganas enormes de cambiar mi rutina del viernes.

Tome mi celular y le marque a mi novio para vernos en un bar y poder compartir una tarde diferente.

El bar más cercano era aquel en donde había ido con Patricia y en donde fue la última vez que la vi - muy extraño lo sé, cuando ambas trabajamos en la misma empresa -.

Llegué antes que Dennis al lugar, pedi  una mesa y ordene una cerveza para tomar mientras lo esperaba.

De pronto escucho muy cerca una voz conocida para mí. Todo mi cuerpo cambio de temperatura entrando en un calor que podría quemarme. Gire mi cabeza y ahí estaba  sentándose a escasas dos mesas de mi, la flamante Doctora Patricia Fernández, pero no estaba sola, iba acompañada de otra mujer tan hermosa como ella.

No podía creerlo, quería que la tierra me tragara en ese preciso  momento, quería hacerme invisible  ante sus ojos. ¿Qué podría pensar?. Que tal vez estaba en ese lugar buscándola... Quería poder estar de espalda a su mesa para no verme tentada en fijar mi mirada hacia ella, pero gracias a Dios, Dennis apareció inmediatamente por esa puerta lo que me hizo sentir un poco de alivio al verlo.

Justo cuando Dennis se acerca a mi, pude ver a Patricia voltear su mirada a mi mesa.

Intente prestarle atención a Dennis pero mis ojos y mente estaban en otro lugar.

No paraba de verla y de pensar en lo que ella pudiera estar pensando de mi.

Estaba ansiosa y nerviosa, temia que Patricia se acercara a mi mesa y Dennis pudiera darse cuenta que algo en ella me atraía, pero felizmente nunca paso.

Después de un par de cervezas, Patricia y su compañía salieron  por la gran puerta de cristal de aquel bar y entonces cuando en vez de estar aliviada, sentí una extraña sensación de vacío.

Muy en el fondo esperaba que ella se acercara a mi mesa y me explicara el porque de su ausencia o al menos me saludara.

COMO UN CUENTO DE HADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora