Día 1: BokuKen

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Aquí participando de la Kenma Ship Week 2020, mostrando mi amor por Kenma y mi faceta multishipper.

Amo el BokuKen, pero aún no puedo escribir una historia que esté a la altura  :( por mientras, les dejo mi mejor intento. ¡Espero les guste!


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Día 1: BokuKen

Magia Moderna AU


Para Kenma, la hora de la catarsis era la única parte del horario académico que disfrutaba.

Ni siquiera le estaba atribuyendo un sentido filosófico a una hora determinada del día; no, tal denominación estaba incluida en la malla curricular: Hora de Catarsis, de 8:00 a 10:00 p.m., todas las noches. Valor: 20% de la calificación del semestre.

Aquella era la hora en la que los estudiantes de la academia de Artes Mágicas se encerraban en sus zonas seguras para una jornada de meditación exhaustiva y obligada. Eliminación de emociones negativas y potenciación de equilibrio emocional, que eran los atributos que debían regir la vida de todo aspirante a Superhéroe.

No resentimientos. No odio. Solo una sensación pura de querer salvar al prójimo.

No aplicaba para alguien que había visto morir a sus padres en medio de una persecución de superhéroes a «amenazas». Varias personas murieron ese día. El gobierno solo los declaró daños colaterales. El tema también murió allí.

Kenma lanzó otra flecha que dio en la diana en un sonido seco de insertación. Fue capaz de escucharlo, a pesar de estar a una distancia de 600 metros. Su mano se destensó sobre la cuerda. Exhaló y un vapor salió de su boca, pintando el aire de un transparente blanco por unos segundos; luego, dicho vapor se extinguió.

Estaba al aire libre, lejos de todos, solo, en la delimitación del bosque que pertenecía a la academia. No había reflectores encendidos; sus ojos ámbar eran lo único que iluminaba el lugar.

Su mente estaba lejos de buscar equilibrio en su vida. Solo quería venganza y la oportunidad de destruir el sistema desde su núcleo. Lo bueno es que no había nadie capaz de leer sus intenciones, porque ya había aprendido a camuflar sus pensamientos de los lectores de mente.

Agradecía también que lo consideraran parte de la «élite» y lo dejaran estar en su zona segura sin supervisión. Estaba haciendo las cosas bien.

Tomó otra flecha. La acomodó sobre la cuerda y la extendió. Se preparó para lanzar otro tiro limpio hacia la diana. Un parpadeo y tuvo las manos vacías. La flecha fue disparada y luego, cayó miserablemente al pasto seco a 20 metros de distancia.

Kenma resopló y volteó hacia su derecha, hacia esa dirección en donde unos ojos dorados también brillaban. Un aura plateada se desbordaba de esa figura, la cual fue atenuándose conforme pasaron los segundos.

Kenma Ship Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora