🍃三🍃

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Sunagakure, Departamento de Inojin, 01:30

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Sunagakure, Departamento de Inojin, 01:30

Sus ojos pesaban, sin embargo una voz recordando todos sus errores se hacía presente cada vez que quería dormir. Estaba angustiado.

Se levantó de la cama arrastrando sus pies con aquellas pantuflas de pollito que alguna vez le regaló Boruto haciéndole homenaje a aquel pájaro con el que compartió unos días en su niñez.

Caminó hasta a la cocina con cansancio, no había logrado recomponerse de la misión anterior, pensó que con una ducha caliente y un pijama limpio podría reconciliar el sueño enseguida, sin embargo allí estaba, frente a la cocina esperando a que el hervidor hiciera su trabajo mientras él sacaba algunas frituras para desbalancear su alimentación.

¿Qué estaba haciendo allí?

Muchas veces esa pregunta rondaba por su cabeza. Se sentía fuera de lugar en Suna, últimamente salía más con el equipo, sin embargo eso no quitaba que fuera un desastre la convivencia.

Shinki le veía como carga y le limitaba en las misiones, con Yodo siempre tenían mal entendidos aunque a veces salían juntos y hablaban de lo mejor, el único que le ayudaba a acoplarse era Araya, aunque no iba a negar que el vástago del Kazekage fue bastante amable al ir a verlo luego del insistente, pero tampoco lo iba a tomar como un cambio de comportamiento permanente. Seguramente fue por mera culpa.

Sus habilidades no se complementaban, no eran como el InoShikaCho y era obvio, ahí él estaba ocupando el lugar que Kankuro dejó para centrarse en su puesto de consejero.

-¿Qué mierda hago comiendo frituras y pan a las una de la mañana? -Murmuró a sí mismo, observando el paquete de aluminio como si fuera lo más interesante del mundo.

Le costaba tanto dormir. No acostumbraba a habitar solo, al principio fue liberador, pero con el paso de las semanas era una tortura porque allí solo habitaba él y sus inseguridades. Ni siquiera tenía a Shikadai ahora para llamarlo y decirle que se fuera a dormir con él como vía de escape a una conversación existencial sin sentido consigo mismo.

-Vaya mierda- Chasqueo la lengua, sacando una taza para poner algunas hojas de hierba que logró conseguir en el invernadero de la arena gracias a que últimamente ayudaba al Kage a revisar el mantenimiento.

Miró la azúcar, normalmente tomaba las infusiones al natural, pero entre tanto amargor un poco de dulce no era malo.

Luego de preparar su té se dirigió al sofá, envolviendo su cuerpo en una manta gruesa. Las noches del desierto eran muy gélidas.

Esperaba poder quedarse dormido mientras miraba algún programa tonto de televisión.

Konohagakure, Residencia Nara, 18:20

Carta 14

Nos fuimos sin siquiera saludarte, me dolió en lo más profundo de mi ser, pero supongo que te tengo que dar tu espacio y por eso me negué a acercarme a ti. Además de la mirada amenazante de mi primo, o eso creo que era.

Una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora