Príncipe azul -Voltron-

Black

Hoy es el día de mi boda.

Después de la guerra, de todo lo que tuvimos que pasar y de que yo regresara de la muerte, por fin logré encontrar el amor.

Adam estaba muerto, y aunque siempre lo tendría en mi corazón, sé que él no hubiese querido que me quedara estancado en su recuerdo. Ahora que por fin pude tener tiempo para vivir, encontré a Curtis. Y hoy, muchos meses después de volvernos novios, nos vamos a casar.

Keith está muy feliz por mi, Pidge no deja de bromear al respecto y Hunk está como loco porque él se encargó de la cena. Korann por otro lado está confundido respecto a como vamos a reproducirnos (maldición, no necesitaba clases de anatomía Alteana y su capacidad de embarazarse a pesar de ser machos).

Cuando la ceremonia terminó, me reuní con el Team Voltron. Todos se veían tan alegres.

—Felicidades— dijo Lance con una enorme sonrisa.

Tomé una decisión.

Le pedí al moreno que me acompañara fuera del salón, puesto que necesitaba hablar con él seriamente.

—Estoy preocupado por ti— fui directo.

—Shiro estoy bien, además es el día de tu boda. No puedes venir a hacer tu trabajo de Space Dad, no hoy.

—Bien — dije—. Solo quiero decir que estoy muy orgulloso de ti. De todo lo que has hecho y de lo mucho que has logrado. En verdad, eres importante y me gustaría ofrecerte algo.

—Shiro...

Sus ojos se pusieron cristalinos y yo lo abracé.

—Quiero que vengas conmigo, estamos en una misión de restaurar el orden. Tú puedes ser la clave para que algo suceda, después de todo... Allura te eligió por algo.

—Shiro, yo...

—Te queremos Lance, sin ti las cosas no hubieran sido iguales. Eres importante.

Y luego de eso la sonrisa del moreno fue real durante toda la noche, le pedí que pensara lo de venir conmigo en el Atlas. Estaba tan feliz que incluso sacó a bailar a la madre de Keith, cosa que no le causó gracia a mi hermanito.

Si, podría haber hablado de mi. De los traumas y retos que me faltan superar. Pero a veces hay personas que necesitan las palabras de aliento para seguir, pequeños mensajes para que sus vidas no se extingan.

Lance, en verdad mereces ser feliz.