Tifón.

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Muchos años han pasado desde la gran guerra y el numero de dioses en el Olimpo ha aumentado considerablemente, siendo tanto los hijos de los seis olímpicos originales como algunos titanes que no tomaron partido en la titanomaquía y poseían tamaño humano, como el caso de Afrodita, la hija más joven de Cronos. 

La mayor parte de los dioses viven vidas tranquilas en el Olimpo, simplemente observando a los mortales sin intervenir, mientras que algunos otros tomaban partido actuando sobre estos, como el caso de Ares al influenciar el odio en los hombres para generar guerra y conflicto o el propio Zeus al tener aventuras con humanas y dando creación así a los primeros semidioses. Siendo muy pocas las deidades que afectaban las vidas mortales para bien y no solo para su beneficio propio. Aún así, la mayor parte de los dioses escuchaban las oraciones de los mortales, no por que tuvieran intenciones de responderlas, sino porque muchas podía pasar algo que pudiera interesarles o simplemente por mero aburrimiento. Fue así que un día, los dioses dioses comenzaron a escuchar oraciones cargadas de miedo y terror, suplicando por ayuda e intervención divina. 

Atenea, hija de Zeus y una de las pocas deidades interesadas en la humanidad, respondió a los llamados, apareciendo en la la isla de Silicia, donde cientos de extrañas criaturas con aspecto demoníaco se encontraban masacrando a las personas. Sin dudarlo un momento, la diosa empuño su espada y corrió hacía las bestias, las cuales morían fácilmente gracias al poder de la diosa, que con un movimiento de su espada lograba un corte limpio en sus cuerpos, sin importar que tan acorazados estuvieran estos. 

Aunque es cierto que muchos compartían apariencia, la gran mayoría de demonios eran distintos, teniendo pies gris, roja o morado oscuro, junto con otras características como cuernos, armaduras de hueso, garras, más de un ojo o ninguno e incluso un...

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Aunque es cierto que muchos compartían apariencia, la gran mayoría de demonios eran distintos, teniendo pies gris, roja o morado oscuro, junto con otras características como cuernos, armaduras de hueso, garras, más de un ojo o ninguno e incluso unos pocos contaban con armas. Aún así, ninguno demostró ser capaz de rivalizar con el poder de la diosa, la cual se abrió paso con su espada hasta el lugar de donde aquellas bestias salían, una especie de portal como los generados por Hades o Poseidon, pero con un aura anaranjada.

Del portal no paraban de salir esas abominaciones, la cuales rápidamente rodearon a la mujer, pero ni siquiera con esa ventaja pudieron hacerle frente, pues sus garras simplemente no traspasaban la piel de la diosa, la cual los aplastaba con sus p...

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Del portal no paraban de salir esas abominaciones, la cuales rápidamente rodearon a la mujer, pero ni siquiera con esa ventaja pudieron hacerle frente, pues sus garras simplemente no traspasaban la piel de la diosa, la cual los aplastaba con sus puños y rebanaba con su espada. Mientras tanto, en un templo en china, un portal similar se abría, dejando entrar una horda de igual magnitud, obligando a los dioses del lugar actuar para defender su hogar y los valiosos objetos que adentro se encontraban. Pero en lo que las tres deidades combatían al ejercito, un pequeño grupo de demonios se infiltraron en el santuario, con la intención de robar un valioso artefacto. Llegando a una sala con una gran colección de artilugios, con una daga que desprendía un brillo rojo, varios amuletos de distintos colores e incluso una ballesta, arma aún no descubierta por la humanidad. Pero los intrusos ignoraron todo esto, deteniéndose al encontrar un pequeño talismán amarillo, tomándolo para dirigirse de nueva cuenta al portal por el que llegaron, siendo seguidos por todos sus congéneres después de cruzarlo, dejando confundidos a los dioses del lugar.

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