Un joven con mas valor que año, se ha alistado en el ejercito.
Dispuesto a morir por proteger Andeú, un pequeño sitio olvidado en el tiempo, donde la gente vive y no sobrevive, sin embargo, todo lo bueno se acaba.
La escases de alimentos aumentó y amenaza con borrar del mapa Andeú, por esta razón, un grupo de jovenes realiza un ejercito improvisado, se surten de armas, y todo aquel pedazo de armadura que estuviese disponible.
El día a llegado, tal vez al despertador se le olvido sonar, o los rayos del sol le vieron durmiendo placidamente y no osaron despertarle.
El fué el único que no se embarco junto a sus compañeros.
El medio día se hizo presente, y los incandecestes destellos no tuvieron mas compación de aquel chico.
Acelerado y exaltado levantó a toda prisa. Ya listo, con espada en mano y armadura puesta, se encamino a dar la vida por Andeú.
Ya en el campo de batalla, rodeado de cuerpos sin vida, un sin fin de espadas rotas y armaduras ensangrentadas.
El enemigo ha llegado, su corazon acomete , parece querer salirse de su lugar. Con fuerza y desición, toma un momento para respirar.
Ya está listo para la batalla
Encaminado a la muerte
Y en Dios su fe creciente
Comienza a tocar su violín
Se abre paso a espadazos melodiosos
Con notas de pasados gloriosos
Vence al enemigo
Sin que su armadura sea dañada
Mientras que su espada esta desgastada.
El violinista de andeú sigue su camino
En busca de alimento
De un consuelo para su pueblo.
"Apreciamos a aquel violinista
Que por armadura piel lleva
Y en su mano un vionlín como espada honrra su profesión.
Rogamos por su bienestar
Pedimos que su armadura jamás sea dañada
Y su alma se mantenga resguardada
Si es por espadas que no tema
Ya que violines siempre tendrá
Y si osan romperse en su noble misión
La gente del pueblo
Gentilmente apoyara su funsión
Dotandole de espadas que para la guerra sirven
Para que lo enemigos sepan
Que andeú aun vive"
