Me hallo sentada sobre la corniza de mi casa, tomandome un chocolate con pasas. Aunque le temo a las alturas, por una vez en mi vida, no me importa.
Se disfruta una apasible vista, montañas lejanas, con pequeños hogares, unidos, lleno de personas buenas y trabajadoras.
Un cielo azul maya, dibujado con abundantes toruntas de algodón llamadas nubes, y un sol radiante, ardiente, que me quema las entrañas. Árboles que adornan la vista, muchos árboles, con flores, con frutos listos para ser probados, palmeras, todas se mecen gracias a la exquisita brisa de esta tarde de mayo.
Aqui arriba no siento miedo, solo disfruto del buen momento que me hago obsequiar luego de tanta confusión.
Un problema con solucion a medias,que, aunque ya quiera acabar con eso, no puedo. No puedo simplemente darlo por muerto.
Un amor a distancia y poco posible, se piensa que ya no se dará, pero sigue ahí, con esperanzas vanas. No se puede hacer nada, por ahora.
Tres besos que no acepto que pasen a algo mas, me niego rotundamente a querer algo para ilusionarme nuevamente. Así colapso mi mente y mi corazon hoy.
Una mañana que desde temprano ya es tarde. Charlas de amores, canciones repletas de desiluciones. Pensamientos sombrios, mas nublados que claros, mas problemas que soluciones, mas corazones y mentes rotas que amores y tranquilidad.
Mayo perverso, mayo de cosas nuevas, besos sin sentido, tardes lluviosas, noches estrelladas, bien acompañadas, el viento y las luciernagas se hacen complices de sonrisas y manos que son tomadas por dos locos en una noche descontrolada, un martes de mayo.
MM.