ITQP- Sentada en la Cornisa II

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Se juntan poco a poco sin querer, sin siquiera percatarse de lo cerca que han de estar, reduciendo la distancia, como si del infinito contra el infinito se tratase, eliminandose mutuamente, sin saber el como comenzó y mucho menos el como terminará. A centimetros, con aire ageno en sus pulmones, y resecos valles anhelando encontrarse, pero nada pasa.

Terminan alejandose y el resto de la noche se basa en poco sueño y ganas de morir.

Una tarde de impacto, él se arrepiente de lo visto, no se sabe si fue un animal, un fantasma o algo peor, el solo alejó su mente de sí, pues estaba contra el cielo y el suelo, como si se hubiese vuelto uno con la distancia inexistente, entre estos dos grandes limites. Era preocupante verlo así, cuando normalmente en vez de callar, hablaba. No era él, lo puedo asegurar, no era ese muchacho que le encantaba leer, analizaba cada detalle sin importar de que se tratase. Que sabía lo que pasaba en cada parte de su ser. Ese loco que no le importaba nada, nada que no fuera ella.

Sin saber que hacer, ambos se dejan llevar por el movimiento de las hojas, al son del viento, complices de la calidez del momento. Siniestra atmosfera se forma, al momento en que ambos se funden en un beso de novela, capaz de alejar toda duda, toda minuscula influencia externa, todo aquel pasado de siniestras sombras que de uno a otro saltan sin poder separarlos y que poco a poco se desvanecen. Como por arte de magia negra, todo se normaliza, solo un poco.

Llego tarde como siempre. Como una tonta, con muchas y pocas razones rompo y fallezco, entre llantos me ahogo. Que estupida tuve que verme en ese instante. Sin esperanzas estaba, estoy.

No quiero bajar nunca de aqui, to esta bien, todo esta bien cucurucho...

MM.

Nostalgia Con Sabor A PoemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora