Sentimientos encontrados en Escritos Incomprendidos

Amada

La amaba de una forma profunda, aterradora.
La amaba a un punto de dar su propia vida por ella, por un capricho, por su sonrisa.
La amaba tanto que cada vez que susurraba su nombre sus mejillas se tornaban de colores.

Amaba a aquella alma rota que lloraba sonriendo.
Amaba a la mujer más desperfecta de todas, como si fuera la persona más perfecta que haya conocido.
Amaba sus berrinches de niña pequeña aunque ya sea adulta, su inocencia perdida lo enloquecía.
Amaba todo de ella.

Pasaban los días, los días se convirtieron en semanas,
las semanas en meses, los meses en años.
Ella no le creía, su pequeña, aún estando enamorada, no creía que podría alguien amarla tanto.
Todo ese amor que le daba, todos esos recuerdos,
todos esos halagos. No podía creer eso, no después de tanto.
Él hasta creyó que se hacía la difícil pero no,
ella estaba más rota de lo que él sabía.

Ellos lloraban, se rían, peleaban y se perdonaban.
Se amaban y por eso esas palabras no hacían falta.
Su amada, acepto los halagos, la confianza y su amor.
Pero aún así, lo consideraba tanto,
que el creer que de verdad la amaba al punto de darlo todo, solo era un sueño, su sueño.

Él era demasiado para ella, pero él pensaba que ella era demasiado para él. ¡Qué enredo el de ellos!, dos enamorados llenos de inseguridades, golpes y recuerdos.
Se amaban, sí. Pero solo uno de los dos creía que ese amor tenía un  para siempre.