2.824,51 Km//JohnMark

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs

⌜ᴠɪᴇʀɴᴇs 3 ᴅᴇ ᴀɢᴏsᴛᴏ⌟

Mark despertó al sentir una luz entrar por su ventana. Cuando prendió su celular para ver la hora pudo ver que eran las 10:15 de la mañana, lo que significaba que sus padres ya estarían en su trabajo.

Tomo su bata de baño y se adentro al baño para tomar una corta ducha. Una vez que sintió el agua tibia hacer contacto con su piel, relajo todo su cuerpo y cerro sus ojos. Si hay algo que Mark amaba era tomarse un baño apenas despertaba, sentia como su cuerpo se relajaba solo con el toque del agua.

Una vez termino su baño, empezó a vestirse para así poder desayunar y salir a recorrer un poco de su ciudad natal. Antes de bajar hacia la cocina dejo un corto beso en su muñeca, la cual tenía la misma marca que el día de ayer.

-Aun no te conozco, pero ten por seguro que ya comencé a amarte- Dijo Mark bajando la manga de su camiseta.

Bajo las escaleras dando pequeños saltitos y su vista se fijo en las personas que pasaban frente a su casa. Todas disfrutaban de aquel hermoso día, y él no se quedaría atrás.

Se apresuró en desayunar lo que su madre le había dejado preparado esta mañana y una vez que terminó lavó la taza y el plato que utilizo. Busco su mochila y guardo un abrigo dentro por si llegaba a refrescar -aunque no lo creía, se notaba desde adentro de su hogar el sol brillar- tomo sus auriculares y salió de su casa.

Se coloco sus auriculares y comenzó a caminar por las calles que recordaba que había visto el día de ayer mientras se dirigían a su casa.

Saco su celular del bolsillo de su pantalón y comenzó a sacar fotos a cada lugar que veía. Cuando fue a guardarlo nuevamente en su pantalón, la pantalla de este mostró una llamada entrante.

-Hola bebé, ¿Qué estás haciendo?- Pregunto su mamá.

-Hola mami, estaba tomando fotos, hay lugares hermosos que tenemos que visitar los tres juntos- Dijo Mark admirando los lindos colores de aquel parque en el que se encontraba. -Mamá, ¿Podemos almorzar juntos? Encontré un lugar para comer al que podríamos ir-

-Por supuesto bebé, ¿Te parece si te mando la ubicación de la empresa y pasas por nosotros? En unos minutos tendremos una junta con una empresa de Chicago, no sabemos cuánto tardaremos-

-Esta bien, allí estaré- Dijo el pequeño Mark cortando la llamada luego de un "Cuidate" de su madre.

Puso nuevamente la música y comenzó a caminar siguiendo las indicaciones que le daba Google Maps. No le gustaba para nada usar está aplicación, no la entendía, y justamente la usaba para no perderse, y perderse era lo que estaba haciendo en este momento.

Se acercó tímidamente a una señora para preguntarle las calles, está le respondió amablemente y lo ayudo a llegar a su destino.

Entro al edificio y su vista iba de un lado a otro admirando lo grande que este era y las cosas lujosas que lo decoraban.

-Disculpa, no puedes subir- Le dijo el hombre de seguridad.

-Oh, soy Mark, el hijo de los Lee, mí mamá me dijo que podía subir- Dijo Mark con sus mejillas comenzando a tomar color. Para cualquier persona podría ser una situación muy común, pero Mark se avergonzaba hasta por la más mínima cosa.

El hombre se disculpo y Mark sonrió tímido. Una vez que se adentro al ascensor marco el último piso -como su mamá le había indicado- y guardo su celular.

Una vez que las puertas se abrieron salió del ascensor y se quedó quieto en un lugar. Los trabajadores iban de un lado a otro sosteniendo papeles y carpetas, soltó una risita al imaginarse aquella situación como en las películas.

Vio como una puerta de una oficina se abría y vio a su mamá salir de allí. Se acercó a ella con una enorme sonrisa, y cuando la tuvo frente a él la abrazo.

-Hola bebé, ¿Te gustó la ciudad?- Pregunto su mamá acariciando su pelo.

-Me encantó mamá, saque muchas fotos, después las podemos ver juntos si quieres- Dijo con un brillito en sus ojos.

Su mamá amaba ver sus ojitos brillar de esa forma, su pequeño eran tan hermoso, y sus ojos volvian loco a cualquiera. Esperaba que su alma gemela apreciará ese brillo que sus ojos tienen y que ella ama ver.

-Me encantaría cielo- Dijo plantando un beso en su frente.

Su papá se acercó hacia ellos con una pareja a su lado y Mark les sonrió.

-Hola campeón- Dijo su padre chocando sus manos. -Ellos son nuestros viejos amigos, los Suh- Dijo apuntandolos. -Y él es Mark-

-¿Este pequeño es Mark?- Pregunto la señora acercándose a abrazar a Mark, quien todavía se encontraba confundido.

-Cuando tu eras pequeño jugabas con nuestro hijo- Dijo esta vez el señor.

Mark lo único que hacía era sonreír, no lograba saber de quién le estaban hablando, ni muchos menos recordaba a los señores, el solo tenía 5 años, ¿Cómo iba a acordarse de ellos?.

Se dirigieron todos juntos hacia el ascensor, y sus padres no paraban de hablar con sus amigos. Se sentía tan incómodo, y mas incómodo lo dejaba que la mujer lo abrace y agarre sus mejillas.

-El fin de semana podrían quedarse en casa- Dijo la señora Suh dirigiéndose a los Lee.

-Seria una gran idea, ¿Que te parece cariño?- Pregunto la mamá de Mark.

Mark había llegado el día de ayer a Vancouver y sus padres ya estaban organizando otro viaje, solo esperaba que no tengan que viajar en avión, no iba a soportar otro viaje en avión.

-Mas tarde les mandaremos la dirección- Dijo el señor Suh para luego despedirse con un apretón de manos.

La familia Lee salió tras ellos y se dirigieron juntos a almorzar al lugar del que Mark no paraba de hablar.

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