2.824,51 Km//JohnMark

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴅᴏs

⌜ᴊᴜᴇᴠᴇs 2 ᴅᴇ ᴀɢᴏsᴛᴏ⌟

Mark odiaba viajar en avión. Y más si se trataba de viajes largos. Es por eso que cuando el avión tomo carrera sobre la pista, él cerro sus ojos y se durmió.

El viaje duraba unas once horas, y él no estaba preparado para permanecer en un avión por tantas horas. Casi cuatro horas había sido el máximo de tiempo que él había estado en un avión cuando se dirigió a visitar a su amigo a Bangkok, Tailandia.

Desde ese momento el tomo por seguro que odiaba los aviones, y más si estos permanecían por tantas horas y a una altura que a Mark le hacía pensar que se podría caer en el medio del mar.

Mark siente caerse en su propio sueño, y una mano tomar con fuerza la suya. Cuando logra abrir los ojos, puede ver a su mamá y siente las turbulencias del avión.

-Bebe, tranquilo, el avión está aterrizando- Su madre lo abraza al notar como el pequeño cuerpo de Mark comienza a temblar y sus manos sostienen con fuerza las suyas.

Aprieta sus ojos y trata de alejar su mente de la realidad.
Siente unas manos acariciando su pelo y al abrir sus ojos puede ver a su padre sonreírle.

Una vez que siente como el avión deja de moverse, suelta su agarre de la mano de su madre y se logra tranquilizar aún con sus ojos cerrados.

-Ya no soportaba estar ahi- Dijo una vez fuera del avión. Mark no mentía cuando decía que le tenía miedo a los aviones, y la peor parte de ello era el aterrizaje, agradecía que sus padres estaban a su lado para lograr tranquilizarlo.

Su muñeca empezó a picar cuando se encontraban esperando por sus valijas. Trato de disminuir la comezón pasando sus cortas uñas suavemente para no lastimar su piel, pero la comezón comenzaba a ser más molesta.

Levanto la manga de su suéter para encontrarse con su marca enrojecida. Una lágrima recorrió su mejilla y su otra mano tapó su boca.

-Mark, cariño, ¿Que pasa?- Pronuncio su madre acercando y tomando su rostro entre sus manos.

2.824,51 KM

-Mamá, no está lejos- Pronunció abrazándola. -Papá, no me aleje de mí alma gemela- Dijo aún con sus ojos llorosos.

Su mamá no pudo evitar soltar una lágrima al ver a su hijo feliz. Feliz por acercarse a su soulmate. Su pequeño Mark estaba creciendo y pronto encontraría a la personita especial que se encontraba a unos kilómetros, y de solo imaginarlo su corazón saltaba de la emoción.

Mark no podía dejar de ver su marca, era tan hermosa. Su cuerpo se relajo un poco más. Pensar que hace unas horas se sentía frustrado por pensar que se estaba alejando y ahora estaban a solo kilómetros.

Limpio sus lágrimas y plantó un corto beso sobre su muñeca.

Esperaba encontrar a su alma gemela pronto, no podía esperar a ver su rostro, no lograba imaginárselo, pero aún sin conocerlo ya lo empezaba a amar.

Tomaron sus valijas y se dirigieron hacía la entrada del aeropuerto para así poder buscar un taxi que los lleve hacía su nueva casa.

Mark, se dedicó a disfrutar de la hermosa vista de las calles. Mañana aprovecharía el día y recorrería todos esos lugares.

Pudo divisar su casa, un poco más grande que la anterior, rodeada de lindas flores de distintos colores que decoraban la entrada.

Bajaron del auto, y mientras sus padres bajaban las valijas del auto, Mark se quedó admirando la gran casa que se encontraba frente a él.

-Es hermosa mamá- Pronuncio tomando su valija para adentrarse en la casa junto a sus padres.

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