☁️ di mi nombre, Park Jimin ☁️ ᵛᵐⁱⁿ

Tae.

mientras más pensaba en la manera tan extraña en la que Jimin y yo nos habíamos enamorado más me ilusionaba al pensar que nuestra historia era como una fantasía, quería que esto fuera eterno pero su memoria tarde o temprano iba a desaparecer.

🌻

recosté al chico en mi cama, un impulso me hizo mirarlo un momento antes de salir a cerrar la puerta que llevaba al balcón y después pasar a la cocina por un vaso con agua natural.

cerré la puerta de la habitación antes de dejar el vaso en la mesa de noche y recostarme a un lado de Jimin, como siempre solía hacer en las noches desde que el estaba aquí.

tomé su pequeña mano entre las mías y lo miré sus ojos que obviamente estaban cerrados.

—¿será complicado si nos enamoramos?

sabía que el chico no iba a escuchar mis palabras pero lo dije para sacar esa duda de mi pecho... incluso en el fondo no quería que me escuchara, quería que mis palabras solo se quedaran como una duda.

poco a poco me quedé dormido, con la mano de Jimin entre las mías, frente a frente, tan cerca de él que podía sentir su olor y su respiración.

todo en la habitación estaba en completa calma hasta que de golpe me despertó el grito de Park. enserio que me asusté así que abrí los ojos de inmediato y sentí como quitó su mano de mi agarre.

—¡¿como es que estas aquí?! ¡¿esto es un sueño otra vez?!

decía Jimin alarmado mirándome a los ojos, estaba sentado en la cama y con trabajos podía verlo gracias a la oscuridad.

—calma...

no podía razonar nada de lo que pasaba, aún estaba dormido en gran parte pero poco a poco mi cerebro fue procesando lo que pasaba y me di cuenta que si, de nuevo había perdido sus recuerdos... se había desmayado y siempre que se desmayaba perdía los recuerdos.

—¿tu también vas a hacerme lo mismo?

—¿a que te refieres Jimin?

me levanté poco a poco hasta sentarme frente a él.

—¿vas a tocarme...?

—¡no! diablos, no Jimin, no voy a hacerte daño. estas aquí en mi casa, vives aquí.

—¿eres real? ¿sabes quien soy?

—si, pronto vas a recordar quien soy y que es lo que pasó, pero te prometo que no voy a hacerte daño.

—pero estamos en una cama...

—puedo irme al sofá si eso te hace sentir mas cómodo Jimin.

—p-por favor...

tomé mi celular y salí del cuarto sin decir nada, debía hacerle caso a lo que me pedía, mi prioridad siempre era hacerlo sentir bien.

me recosté entre las penumbras en el sofá, a penas y veía todo, lo único alumbrado eran las puertas de cristal frente al balcón.

me encantaba mirar la ciudad a través de esas puertas.

así estuve por un tiempo hasta que sin notarlo me quedé dormido, penando en nada y con los ojos fijos en esos pequeños puntos de luces.