4: Los preparativos

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Nunca he tomado, pero he escuchado que cuando uno digiere mucho alcohol, por la mañana siguiente, siente un terrible dolor de cabeza y una gran sensibilidad a la luz. Así me siento yo ahorita, tras no haber dormido nada en la noche y haber llorado por horas.

Veo el reloj que se encuentra en la mesita de noche, ya van a ser las 7:00. Debo salir del cuarto para cumplir con mis responsabilidades. Ayer no me cambié de ropa, sigo con el mismo vestido azul, así que me paro de la cama y voy al clóset. Saco una falda de mezclilla y una blusa blanca de tirantes, los cuales combino con unas sandalias blancas. Antes de vestirme, voy al baño para lavarme la cara, y arreglar un poco mi pelo. Después salgo, y voy a la habitación de Jasmine. Cuando entro, ella sigue dormida en su cama.

- Buenos días, pequeña flor - susurro con cariño.

Ella despierta, y se estira un poco.

- Buenos días Jan - dice con cansancio aún en sus ojos.

- ¿Ya viste qué hora es? - digo señalando el reloj, que ella también tiene en su mesita de noche.

- Perdóname - veo consternación en su mirada, creo que no me quiere decepcionar.

- Ya, no te preocupes... - le sonrío para que ella sepa que todo está bien.

Me dirijo a su clóset y saco unos jeans y una playera negra con estampado de flores.

- Toma, vístete rápido - pongo la ropa en su cama.

Ella se para y va al baño.

- ¡También lava tu cara y recoge tu pelo! - grito para que me escuche desde el baño.

- ¡Sí, Jan!

Cuando Jasmine termina de vestirse, ambas vamos a la cocina, donde nos encontramos con Charlotte. Jasmine prepara café, mientras que yo hago una ensalada de frutas, y Charlotte asa pollo. Al terminar, le servimos café a la Sra. Ross y sus hijos, y los dejamos en la mesa, junto con la ensalada de frutas, y el pollo asado de cada uno. Luego nos servimos a nosotras, y esperamos a lado de nuestros asientos a que los tres bajen de sus habitaciones.

Poco después, baja David, Jasmine mueve el asiento de la mesa para que él se siente, y luego ella toma asiento a su lado. Yo espero a Diego, quien baja junto con su madre. Muevo su asiento, de la misma forma que hizo Jasmine y una vez que él está sentado, yo me acomodo a su lado. Comenzamos a comer, y yo olvido completamente mis modales debido a lo afligida que estoy por haber sollozado tanto en la noche.

- ¡Janice! - el grito de la Sra. Ross evoca mi consciencia.

- Lo lamento Sra. Ross - había olvidado decirle "buenos días" a Diego, y preguntarle cómo había dormido.

Enseguida volteo a verlo y digo:

- Buenos días querido, ¿dormiste bien? - finjo una sonrisa para que no se den cuenta de mi preocupación.

- Dormiré mejor mañana, cuando al fin compartamos cama - sus palabras me causaron repugnancia, y unas terribles ganas de vomitar.

Sé que esa es una indirecta, y que lo que realmente quiere decir, es que desea tener relaciones conmigo, así que no sé cómo responder a sus palabras, por lo que me quedo callada.

Al terminar de comer, Jasmine y yo recogemos la mesa, acompañamos a los muchachos a la entrada, y los despedimos. Diego iría al trabajo, y David al instituto. Después, vamos hacia la cocina para limpiarla, pero justo antes de entrar escucho a la Sra. Ross llamarme desde el comedor:

- Janice, ven, siéntate acá

Yo me siento a su lado como ella lo indica.

- Siempre supiste obedecer y cumplir con tus deberes, es por eso que, dejé de castigarte hace algunos años... serás una buena esposa

La Novia HuérfanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora