Mierda de vida. Ese era el principal pensamiento que tenía cada vez que me tocaba levantarme de madrugada para ir a la pastelería en la que trabajo para comenzar a hacer todo el pan, dulces y bizcochos que estarían recién hechos para hoy.
La verdad es que me gustaba mi trabajo, pero odiaba estos turnos a pesar de que no los pasaba sola.
Salí del apartamento una vez me vestí y cerré todo en silencio para no despertar ni a Jake ni a Ari, la cual pensaba que estaba con Ashton porque su chaqueta estaba sobre el sofá. A medida que bajaba las escaleras y me acercaba más a la puerta del edifico, más frío hacía y es que a pesar de estar en mayo y que hiciese buen tiempo por el día, en las noches aún helaba, así que terminé de recorrer el camino hacia el coche en una carrera para entrar en él y poner la calefacción.
Llevaba unos minutos conduciendo hacia la pastelería y la verdad, me sorprendió ver más coches de lo normal a estas horas ya que apenas se veía a alguien por la calle de madrugada o al menos por esta zona de la ciudad. Una vez llegué, las luces estaban encendidas por lo que Harry ya habría llegado. Aquél chico de ojos verdes y pelo rizado oscuro compartía los mismos horarios que yo así que también estaba jodido por venir a estas horas.
"Hola."- Hago sonar mi voz cuando entro.
"Aquí dentro."- Escucho su voz ronca en la zona donde se encontraba toda la comida, los hornos y todas las maquinas y utensilios.
Comencé a andar tras el mostrador, dejando mis cosas ahí antes de entrar a la cocina mientras recogía mi pelo. Harry llevaba su pelo retirado con un pañuelo y se lavaba las manos, a lo que me uní cuando llegué a su posición.
"¿Qué tal?"- Pregunta cuando me pongo a su lado y besa mi mejilla como hacía siempre.
"Muerta de sueño."- Sonríe mientras bostezo.
"Al menos hoy sólo tenemos que preparar la masa para el pan y galletas."
"¿Ninguna tarta?"- Termino de lavarme las manos.
"Ya las hicieron ayer y quedan suficientes en las neveras."
"Genial joder."- Ríe levemente. Odiaba hacer taras y lo odiaba con toda mi alma porque llevaban muchísimo tiempo de preparación y decoración y yo jamás había tenido paciencia, por lo que acaba estresada y de los nervios.
"Pues venga, empecemos."- Asiento y enseguida nos movemos para empezar a mezclar todo lo necesario para acabar con bastantes kilos de masas diferentes.
Empezamos a movernos con rapidez de un lado a otro sin parar, aunque hablábamos de todo un poco para que no se hiciese tan aburrido y la verdad, funcionaba. Harry era el típico chico que siempre tenía una sonrisa en su cara para todo el mundo, sin importar lo que pasara. Trataba con respeto y educación a cualquier persona siendo irrelevante quien fuese. Siempre estaba dispuesto a abrir sus brazos y meterte en ellos y admitía que me había aprovechado mucho de eso ya que cuando me abrazaba, me sentía bien a pesar de lo que me ocurriese. Sin contar, por supuesto, su olor tan increíble. No sabía que clase de perfume o colonia usaba, pero me encantaba.
"¿Cómo vas Jackie?"- Pregunta mientras termina de sacar todo el pan y lo va colocando.
"Me queda colocar esta última tanda y ya está."
"Desearía que me tocase la lotería para poder dejar de hacer todo esto."
"Y serías tan buen amigo que lo compartirías conmigo, ¿verdad?"- Sugiero en broma y ríe.
"Sabes que sí."- Sonríe.-"Nos iríamos lejos de aquí. No más pan, no más tartas, no más galletas, no más levantarse de madrugada... No más obligaciones, ¿cómo lo ves?"
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Something hidden behind the scars
De Todo"Deja que él se vaya por favor."- Suplico entre lágrimas. "¿Y que se pierda todo esto?"- Sonríe colocando de nuevo el cuchillo sobre mi cuello. "¡Suéltala maldita sea!"- Gritaba mi hermano Jake todo el tiempo intentando soltar sus manos atadas con f...