Capitulo 1: Roguer

1.1K 81 14
                                    

Hinata:

Lo he decidido y no hay marcha atrás, me convertí en una renegada desde el momento que puse un pie fuera de los territorios de mi manada. Lo logré con la ayuda de mis dos únicos amigos Shino y Kiba, que han sido los únicos en tratarme como una personas.

Sorprendente ¿verdad?

Pero lo que es más sorprendente es el hecho de los dos son Alfa de sus respectivos clanes dentro de la manada de mi padre.

Ambos se encargaron de que lograra escapar de los territorios de la manada sin ser atrapada. Tengo que admitir que una vez estuve con los dos pies fuera salí corriendo y no me detuve hasta después de poner de por eso ocho kilómetros de por medio. Sé que esto me convierte en una Roguer, una renegada.

No sé en qué dirección me dirijo pero solo sé que...

¡Soy libre!

Sin pensarlo mucho empiezo a dar vuelta a subte mi propio eje, dejando que el sol caliente mi piel y que las suave brisa me bañé con su frescura. La sensación de regosijo y de paz me inunda. Tengo miedo de despertar y darme cuenta de que todo fue un sueño.

Sigo caminando sin un rumbo fijo, no se si camino hacia el sur o hacia el norte. Mi sentido de la orientación es un porquería. Bueno, que se podía esperar de una patosa y torpe Omega. Solo sé que estoy huyendo de mi inminente muerte. No llevo nada aparte de que mi ropa que solo consiste en un malgastado par de jeans, un pullover blanco y una sudadera negra.

Al caminar uno dos kilómetros más encuentro un lago donde me baño y aseo, me vuelvo a vestí cuando me recuesto sobre un tronco, donde mirando el atrayente crepúsculo voy dejando que mi mente y cuerpo se rindan ante el cansancio.

Sasuke:

No tengo no ni idea de cuánto tiempo llevo encerrado mi despacho pero si debe ser más de ocho hora para que mi madre se aparezca por esa puerta con una bandeja de comida y un poco de café. Por lo cual dejó los documentos y permito que me consientan un poco, que aún que se un Alfa no quiere decir nada, pero la verdad es que preferiría estás atenciones de otra persona, y recordar ese me entristece pero sobretodo me llena de odió y resentimiento.

- Oka-san crea que tenga realmente una mate? - le pregunto a mi madre la cual se limita a mirarme con eso ojos llenos de ternura y compasión.

- Claro que sí, mi ángel, todo hombre lobo tiene su Mate.

De eso yo soy más que consiente, todos mi amigos y conocidos ya tienen su Mate.

- Y qué pasa si está muerta o si la diosa Luna no me quiso dar uno para castigarme por todos mis pecados.

- No digas cosas como esa hijo, han habido lobos muy crueles y traicionero que aún así tuvieron un Mate. Estoy segura de que la tuya debe estar esperándote en algunos lugar de esta tierra.

- Si, pero... - no pude terminar porque mi Beta interrumpió en mis despacho.

- Alfa - dijo mi Beta que también era mi hermano mayor, Itachi. - tenemos un problema, un grupo de Roguer entraron a nuestro territorio.
Mierda, esto solo significaba problema.

- Itachi, te dije que no me molesta por cosas como estas estoy hasta el cuello de papeles y mierda. Has que el Alfa del clan que le corresponde ese territorio lo arregle.

- Lo que susede que esa zona corresponde a los alrededores del lago y al parecer entre ellos hay varias mujeres solteras, debería ir dar un vistazo tal vez y ahí este tú predestinada.

Sin pensarlo mucho me levante y me dirijí a la salida. Le dije a mi madre que no se preocupara que cuando yo regresará comería y descansaría. Me dirijo a la zona con algunos de mis soldados, para llevarme la, no tan sorpresiva, sompresa que ninguna de ellas era mi Mate. Luego de arreglas las cosas con los Roguer y terminar con los "Cabos sueltos" regresamos todos en silencio.

Hasta que el viento, literalmente, sopla furioso atracando un dulce aroma a lavanda y canela, que me calentó el pecho, pero no con un fuego que quemará más bien sentí como si mi centro de gravedad dejará de existir y me anclaje a este mundo era la portadora de ese olor. Mi manada, mi familia y mis amigos dejaron de importar, cada lazo que compartía con ellos se deslizó fuera de mi. Y uno nuevo se creó uno inquebrantable, sentía grandes cadenas de hierro arrastrándome hacia donde estaba ella

- Que nadie me siga - dije rápidamente

Sin siquiera meditarlo me giré en dirección a ella, en dirección a Mi Mate. Solo podía pensar en una cosa

¡La había encontrado!




Continúa...

Con los ojos del deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora