Capitulo 2: Mi mate

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La había encontrado, estaba recostada en un tronco tranquilamente. Su respiración era pausada y constante. Su olor apesar de ser exquisito, delataba su parte Omega.

¿Era una Omega?

Lo cierto es que no me importa mucho lo que fuera pero si me preocupaba su estado, sabía cómo eran tratados los Omegas en otras manada. Lentamente me fui acercando, a cada paso que doy hago una mueca diferente.

Su dulce rostro y cuerpo está cubierto de moretones y hematomas. La sangre bombeaba caliente por mis venas, el dolor, el sufrimiento y la ira no eran capaces de explicar cómo me sentí al verla tan pálida, delgada y frágil. Lo Omegas por naturaleza son frágiles, sus huesos son más liviano y son más sensibles a las emociones.

Sin despertarla, la tomé en brazos y caminé donde, seguramente, me estarían esperando mi hermano.

- Qué pasó? Por qué te fuiste así? Y quién es esta niña? - mi cara sonriente le dijó todo. - Joder, hermanito, bueno felicidades - logró decir antes de soltar una carcajadas.

Mientras caminaba junto a mi hermano con paso suave y calmadado para no despertarla. Mi hermano se pone a observar a mi Mate detenidamente, mientras le gruño.

Los primeros días de un Alfa al conocer su luna son los más difíciles, pues la urgencia del lobo por retenerla es más fuerte. Como va pasando el tiempo y el lobo se da cuenta de que ella será una constante se calma un poco, pero seguirá insistiendo.

Eso era lo que me contó mi padre, yo estaba ansioso por sentir esas emociones pero éstas fueron calmadas por una insoportable ganas de venganza por lo que le han hecho.

- Sabes - dice de repente mi hermano - creo que tendrás que esperar unos cuantos años antes de poder marcarle como tuya. Perece un niña aún.

Y realmente lo parecía su aspecto era tan jovial que bien podría tener uno catorce años. Pero si era asi, no me importaba yo esperaría todo el tiempo necesario. Y me parecía bien que fuera pequeña, porque sería mi pequeña.

Al entrar a la casa de la manada lo primero que pedí fue que trajeran a  Tsunade, la sanadora del clan desde hacía mucho tiempo, incluso antes de que yo fuera el alfa. Mi madre estaba nerviosa y ansiosa de saber qué pasa pues yo no daba respuestas y el estado de mi pequeña tampoco era alentador a dar respuesta.

Una que llegó Tsunade, empezó a revisarla. Estaba desnutrida y tan golpea, las marcas y heridas recorrian todo cuerpo. Qué solo hacía avivar más mi furia. Al parecer no estaba dormida que había pensado antes, están desmayada en estado casi de coma.

Mi alteración, solo logró molestar a Tsunade que ya de por sí su carácter es feroz, ella es una alfa, una alfa que prefiere sanar que estar al mando.

- Mikoto, no aguanto más a tu hijo, sácalo de mi presencia - dijo furiosa.

Cuando mi madre logró por fin sacarme de la habitación.

- Hijo, se puede saber qué pasa. Es más que obvio que esa muchacha es tu mate, nunca te he visto actuar así, eso está claro - hizo una pausa como si le costará decir lo que venía a continuación - pero es niña está tan golpeada que realmente...

Sabía que no podía encontrar palabra porque describir lo que estaba pasando.

- No te preocupas mamá ella está bien ahora, ella estará protegida y creo saber perfectamente bien quienes fueron lo desgraciado que le hicieron eso a mi pequeña. Y te juro mamá, te juro, que me las pagará. Por qué nadie, absolutamente nadie tenía el derecho de tocarla.

Moon Hyuga, esa era manada a la cual olía mi pequeña cuando la encontré. Sabía quienes eran, era unas de las manada más fuerte que tenía las Cinco Grandes Naciones, estaban ubicados en las fronteras entre Suna y Konoha.

Pero en comparación con nosotros no eran nada sus clanes eran débiles y sin importancia, a exención de el clan Aburame y clan Inuzuka. Ambos era de los poco clanes fuera de mi manada que respetaba. Y también estaba el clan principal Hyuga, al cual no le tenía el más mínimo respeto.

Me puse rígido cuando Tsunade salió de la habitación tenía una cara de para que no iba a dar buenas noticias.

- La chica está estable, se despertara tal vez mañana. Por fortunas sus heridas no son graves, ni nada - tomo una profunda respiración - Sasuke, ella es una Omega muy joven no tendrá ni siquiera más de dieciocho años, seguramente no se haya conectado con su lobo aun.

Los hombres lobos normales tendemos a conectarnectarnos con nuestra bestia interior cuando tenemos por lo menos dieciséis máximo dieciocho y tener nuestras primera transformación a los veinte.

Los alfa en cambio nos encontramos con nuestro lobo casi a la niñez y a la adolescencia ha hemos conseguido nuestra primera transformación. Pero lo Omegas tardan más que eso, sus lobos sales alrededor de los veinte y dos, después de eso no se tiene una edad exacta para su transformación, alguna y nunca la consiguen.

- Sasuke, sabes a lo que me refiero, ¿verdad? - me preguntó directamente a los ojos, y creo que sabía por donde quería ir - ella lo más seguro no te reconozca como mate - maldita sea, escuchar lo que decía era doloroso - Si la obligación va a afectarte sería algo que ella no soportaria.

"Seguramente esta traumatizada y asustada. Piensa que los golpes reducido desde que era un cachorra no son sólo física, sino también mentales y emocionales. Sasuke - tomo una pausa ¿Nerviosa? Era algo que nunca creí ver en Tsunade - cabe la posibilidad de que ella haya sido abusada sexualmente"

Fue entonces cuando vi rojo...




Continuará.

Con los ojos del deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora