XII. VAMOS, BRO

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Tras dos horas de examen, un Kirishima exhausto se dejó resbalar hacia abajo en su silla. Sólo entonces tomó conciencia de la fuerza con la que había estado apretando la mandíbula y el puño izquierdo, en el que escondía una goma de borrar blanca.

Había agotado su energía, pero no había sido en vano. Las horas de estudio del sábado habían surtido efecto. Se enderezó para buscar con la mirada al responsable de su éxito, y lo encontró ya rodeado por sus tres amigos (o "ruidosos extras", según el día) y soltando maldiciones que todos ignoraban.

— ¡Hey chicos! ¿Cómo os ha ido? — saludó acercándose.

— Kiribroooo — se lamentó un rubio eléctrico — Creo que voy a volver a suspender... Eres un tramposo, si Blasty nos diera clases como a ti seguro que seríamos mucho mejores.

— Oye oye, habla por ti — rio Sero. — Yo he estudiado en serio y creo que esta vez tengo posibilidades...— acompañó la frase con una mirada esperanzada por la ventana y un bíceps dramáticamente flexionado.

— Eso, Kami. ¡Mama Mina está segura de aprobar!

— Traidores...

El aura amenazante de Aizawa los interrumpió.

— Todos a vuestros sitios. El examen ha acabado pero la clase no.

Los cuatro se dirigieron rezongando a sus asientos. Ya habían pasado demasiado rato sentados... Justo cuando se daba la vuelta, el pelirrojo oyó la voz de Bakugou detrás de él.

— ¿Y tú qué, idiota? Espero que no me hicieras perder el tiempo con las clases.

Todavía andando, Kirishima se giró y lo tranquilizó silenciosamente con un pulgar alzado y un alegre guiño. No pudo evitar sentir un cierto burbujeo de júbilo en su estómago al ver que Bakugou se preocupaba por él (o por sus notas, al menos...). En cuanto se sentó al lado de Kaminari y Sero, Aizawa prosiguió.

— Como acabáis de hacer un examen y hoy no hay entrenamiento, no tendréis clases esta tarde. Sin embargo, antes de que os alborotéis, tengo que explicaros un nuevo trabajo. Desde el principio del curso hemos intentado transmitiros la importancia del trabajo en equipo. Para ello, se necesita conocer en profundidad el quirk de vuestros compañeros, y tras varios meses de colaboración empezáis a dominar eso. Sin embargo, trabajar en equipo también implica cubrir los puntos ciegos de vuestros aliados. Algunos de vosotros lo hicisteis ayer. Para ganar, había que compensar las debilidades de vuestro compañero con vuestras fortalezas. Por ejemplo, Jirou compensó el retraso inicial de los ataques de Yaoyorozu destruyendo por resonancia el suelo para ralentizar el avance enemigo, y Yaoyorozu compensó la falta de ataque inmediato a poca distancia de Jirou proporcionándole armas cortas. — Bakugou frunció ligeramente el ceño al oír la serie de halagos que recibían la primera de la clase y su amiga. — En pocas palabras, el entrenamiento de ayer os tiene que servir de inspiración. Esta semana, trabajaréis por parejas en vuestro tiempo libre y redactaréis un informe especificando sus debilidades y cómo venceríais al otro si fuera vuestro enemigo. Tenéis hasta el martes que viene para entregarlo, y podéis elegir vuestras parejas. Eso es todo. En cuanto tengáis clara la distribución, podéis iros a comer. Yo voy a irme a dormir ya...

En cuanto la cremallera del saco de dormir del profesor se cerró, el aula estalló en bullicio. Kirishima se removió inquieto en su silla. Las clases particulares, el fin de semana, el entrenamiento del día anterior... si esta vez también intentaba trabajar con Bakugou, sus intenciones serían demasiado evidentes, ¿no?

Algo dubitativo, se giró hacia Kaminari.

— Oye, bro...

Sero, sin embargo, se adelantó, atrapando a Kaminari con cinta.

Tu habitación o la mía | Kiribaku | BakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora