¡¡¡ QUE RAYOS!!!

25 1 0
                                    

Entre sin decir una palabra esperando a que ella se volteara y poder confirmar que estaba loco, alucinando y escuchando cosas pues no podía ser ella... no ... ella ... es solo un sueño.

- aaah- dijo pensativa viendo por la ventana- así que eso es lo que piensas de mi... que soy solo un sueño, y que no puedo ser real... mmm- hizo una pausa-creí que ya te lo había aclarado... también creí que eras más listo, pero veo que estaba un poco equivocada- en ese momento la joven se giro hacia mi, sus ojos marrones, tenían una mirada profunda y dura, con tantas cosas que decir pero que yo no podía descifrar, sus labios rosados eran una fina línea, su cabello rizado caía sobre sus hombros posándose en ellos delicadamente, y tenía los brazos rodeando su cuerpo como si tuviera frio.

No pude reaccionar, no lo podía hacer, estaba soñando otra vez, Eso debía ser estaba soñando con mi morena bella eso era... ella no podía estar en mi iglesia esperándome para hablar... no ella no....ella...es mi sueño, solo el anhelo de mi loco corazón.

- ¡¡¡hay Dios mío!!! o lo hiciste bruto o algo le causo un daño cerebral en serio, Sebastian no soy un sueño, estoy aquí parada frente a ti, Muy enojada contigo me señalo con su dedo- no me has hecho caso, te hiciste el de los oídos sordos y quien pago el precio fue Zoey, pudiste evitarle eso... pero supongo que de todas maneras debía pasar – dijo ella con un todo severo a lo último.

¿Puede leer mi mente?-¿cómo?-

- Psss.... Solo cuando piensas en mi, que por cierto es muy frecuente, pero no creas que por eso no siguiere molesta – dijo un poco divertida.

Yo sonreí sin poder creerlo aun.

- Rr... Ro... Roxana en se...en serio eres tú?-

- Bueno si no me crees - dijo ella poniendo los ojos en blanco

Ella se acercó rápidamente y me agarro de la nuca acercando mi rostro a el suyo... yo no podía moverme y casi ni hablar, me acaricio los labios con su mano libre, acerco sus labios a los míos, podía sentir su aliento, podía sentir su mano ahora en mi mejilla y casi podía sentir sus suaves labios sobre los míos

- ya me crees?- me dijo solo a centímetros de mi rostros

- eres tú-

Todavía yo de no entender nada seguía repitiendo... eres tu... eres tu... eres tu...y ella a cada una respondió si soy yo...con la misma paciencia que la de mis sueños

-sabes algo esto ya me está cansando...- dijo entrecerrando los ojos

- lo siento... - dije bajando la mirada

Sentí un leve golpe detrás de mi cabeza

- no te disculpes, tonto-

-es que me parece imposible – dije incrédulo

En ese momento ella se puso seria y se apartó de mi por un buen rato, yo seguía parado cerca de la puerta, esperando a que ella me explicara, me dijera que pasaba, cuando por fin volvió a mirarme estaba molesta y... ¿dolida?

-¿qué pasa? ¿Que hice?– dije un confundido olvidando por un momento mis otras dudas.

-jaaa - entrecerró los ojos- ¿enserio me lo preguntas?- dijo fría, me miraba fijamente sus dedos estaban en el puente de su nariz- Como se nota que no tienes ni idea de lo que hiciste – por primera vez con su mirada me reprochaba.

- ¿Que hice que te disgusta tanto?-

- ¿tú sabes con quien te acostaste ayer?-

Sentí nausea se me había borrado de la memoria, que deje de ser casto con una mujer que SOLO me calentaba la sangre, me sentí minúsculo como un gusano, como si me hubieran clavado un puñal en el estómago, ella sabía lo que había hecho. Ella y yo no somos nada pero sentí que la engañe porque lo nuestro creo que va más allá de los títulos.

Ciego idólatra (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora