Reencuentro

342 52 27
                                    

Ya llevaba un año siendo policía, pero aún se sorprendía por las misiones que tenía que realizar. Lamentablemente hoy tenía una de esas misiones, y aunque Alex siempre estaba preparado, no podía decir lo mismo de su compañero Fargan, menos ahora que estaba enfocado en Dulce que se encontraba esperando a su primer hijo.

-Hombre, Alesby, lo siento, vengo de la montaña porque Dulce tiene antojos y quería una fruta que solo se da en las montañas.-Alex sonrió divertido de la expresión del búho.

-No te preocupes, yo siempre llego antes para verificar que tengamos todo para la misión.-Fargan tomo la mochila que le extendía el pelinegro, y se la coloca a la par que el más bajo.

-¿De qué trata exactamente la misión?

-Al parecer los dioses nos han mandado a una antigua cárcel, quieren que la restauremos.

-¿Solo eso?

-Los dioses creen que aún quedan algunos ex convictos, así que debemos tener cuidado y estar preparados para cualquier cosa.

Ambos chicos comenzaron a volar hacia donde estaba esa famosa antigua cárcel, y cuando finalmente la notaron decidieron bajar de los chocobos para comenzar el camino a pie, verificando que el lugar estuviera despejado de cualquier peligro, tanto para ellos como para el pueblo de Karmaland.

-Parece que no hay nadie.-Comento Fargan observando detenidamente la lúgubre cárcel frente a él.

-Solo parece, tenemos que revisar.-Alex tomo su espada seguido de Fargan, quien cuidaba sus espaldas.

Ambos revisaron cada celda, del primer piso, el cual se encontraba despejado, luego se asomaron al segundo piso, caminaron un poco cuando sienten como una flecha los roza por detrás, se giran dándose cuenta que una gran cantidad de encapuchados los observaban desde el tercer piso. Ambos se miraron rápidamente sabiendo que hacer.

Alex comienza a correr hacia la otra ala de la cárcel siendo perseguido por los convictos, quienes no se percataron de que Fargan subía sigilosamente hacia el tercer piso. Alex se detuvo para tomar aire cuando los convictos se presentan ante él, eran unos quince, quienes se encontraban armados con dagas y arcos, Alex recupera su postura y se coloca su escudo intentando protegerse, Fargan observo como Alex era rodeado por los malos así que decidido saca su arco y comienza a disparar a los reclusos, quienes se giran para atacarlos, siendo el turno de Alex para salvar a su compañero.

Ambos sueltan un suspiro cuando terminan con el último de los convictos.

-Vaya, eso es estuvo fácil.-Rio Fargan, llevándose una mirada de Alex.

-Claro, facilísimo.

-Gracias por ayudarme con ese último, ya no me quedaban flechas.-Alex sonrió cálidamente.

-Haría cualquier cosa por ti.-Confeso Alex sin darse cuenta tomando un poco de agua.

-¿Cómo?-Alex abre los ojos sorprendido repasando sus palabras.

-Nada, olvídalo.-Le resta importancia.

-Alesby, cuéntame, ¿Cómo es eso?

-No es nada, solo olvídalo.

-No, dime.-Insistió Fargan mirando fijamente a Alex, quien evitaba mirar al chico.

Alex se gira decidido para confesar lo que lleva ocultando durante un año cuando se percata del convicto que apuntaba a las espaldas de Fargan, sin pensarlo empuja fuertemente al chico tumbándolo recibiendo el impacto justo en un costado de su torso, donde su armadura no protegía lo suficiente.

Fargan aturdido mira a su compañero tendido en el piso con una flecha incrustada en su pecho, observa como la sangre escurre y busca con la mirada al causante, quien se alejaba a alta velocidad, se agacha para socorrer al pequeño, quien niega débilmente.

fargexby osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora