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Secretos

Era una tranquila noche en Karmaland, algo que no pasa muy seguido en el pueblo. En la comisaria se encontraba el policía Alex cumpliendo su deber, estaba investigando una serie de explosiones que habían ocurrido en el pueblo, todas sus pruebas lo guiaban a que los culpables era la hermandad oscura, ese dichoso grupo que generaba el caos y hacia su trabajo aún más difícil. Algo frustrado suspira y se fija en su compañero, este se encontraba leyendo las demandas denuncias, la mayoría de Vegetta por las explosiones en su puerta y de Willy por las explosiones, se encontraba tan concentrado que le daba tiempo para admirarlo, y es que no podía evitarlo, no podía evitar quererlo.

-¿Alex, cómo vas con tus denuncias?- Pregunta Fargan aún leyendo sus denuncias. Alex voltea avergonzado y finge leer sus denuncias.

-Es obvio que esto es obra de la hermandad oscura,-Fargan lo voltea a ver.-tiene su sello, y no voy a descansar hasta encontrarlos, espero poder contar contigo.-Alex conecta su mirada con Fargan.

-Claro que cuentas conmigo, somos compañeros y nos apoyamos siempre.-Solo una palabra se queda en la mente de Alex.-Pero tendrá que ser mañana, ya es tarde y debemos descansar, Dulce debe estar esperándome en casa.-El búho se levanta y comienza a tomar sus cosas.

-Yo me quedare un rato más ordenando.-Informa Alex, mientras vuelve a mirar las denuncias para que Fargan no pueda observar sus ojos cristalizados.

Fargan observa a Alex tan ensimismado en las denuncias, y teme por un momento, tiene miedo de que descubra su secreto, tiene miedo de perder su puesto, tiene miedo de perder la confianza de su compañero, tiene miedo de perderlo.

-Vale, no te vayas tan tarde a casa, nos vemos mañana.-Se despide dejando solo al más pequeño, sin darse cuenta que dejo algunos karmas.

Alex observa al chico abandonando la comisaria, se levanta dispuesto a ordenar el lugar cuando se percata que su compañero había dejado karmas en su escritorio, los toma y se sale rápidamente dispuesto a devolvérselos pero se detiene cuando ve al chico que le había robado el corazón colocándose una máscara.

Fargan comienza a caminar a la guarida secreta de la hermandad, tiene que informarles a sus hermanos oscuros que la policía los estaría buscando y él no podría evitarlo por mucho tiempo, cuando llega al lugar espera a sus hermanos para ingresar.

Alex comienza a seguir al chico, negándose a creer que ese chico de dulce sonrisa era parte de esa malvada agrupación, se siente como un tonto, había confiado en él, incluso sin siquiera pensarlo le había entregado su corazón, aunque obviamente eso Fargan no lo sabía. Se detiene unos metros atrás del búho, al parecer estaba esperando algo.

-¿Hermanos?-Fargan toma su móvil, llamando a sus compañeros de fechorías.-Necesito contarles algo importante, los espero en la guarida.-Alex intenta acercarse un poco más para poder tener mejor visión de todo pero no puede evitar chocar con unas cajas que se encontraban por ahí, Fargan por el ruido se gira observando sorprendido como su compañero policía se encontraba ahí.-¿Alex?

Alex lo mira unos segundos, se siente decepcionado, se siente traicionado, pero no deja que sus emociones lo dominen, se acerca al chico dispuesto a enfrentarlo.- ¿Todo este tiempo fuiste tú?

-Puedo explicarlo.-Responde rápidamente Fargan mientras se quita la máscara.

-¿Qué vas a explicar? Tengo todo claro, me engañaste, te acercaste a mí para que no sospechara de ti cuando investigaba a la hermandad,-Alex sentía como las lágrimas se acumulaban en sus ojos y se sentía estúpido por mostrarse débil ante él.-Confiaba en ti, te defendí y luche a tu lado, ¿Eso no te importo?

-Claro que me importa, te juro que yo...-Fargan comenzó a excusarse, pero Alex lo interrumpió.

-¡No me jures! No creo nada que pueda salir de tu boca, todo lo que me dijiste fueron mentiras, todo lo que vivimos solo fue porque te convenía, y yo tontamente enamorándome de ti.-Alex a estas alturas ya era un mar de lágrimas.