"El sueño"

37 2 0
                                    

De pronto me encuentro en un camino de tierra, rodeada de mucha niebla que me impide ver a lo lejos. Estoy junto a un sinfín de pinos y eucaliptos. Me quedo sin aliento. El ambiente parece un lugar sombrío, irreal, típico de películas de terror. Decido caminar, me doy cuenta que estoy en medio de un bucle, moviéndome prácticamente en círculos, por mucho que camine siempre termino en el mismo sitio con el mismo código de sonido, que se repite sucesivas veces, cuanto más avanzo más se repite. Empiezo a correr y a desesperarme, a entrar prácticamente en estado de shock.

De pronto, veo una sombra, algo muy veloz que se esfumó por los árboles. Decido seguirla, pero por alguna razón, empiezo a caer sin parar y ¡PUM! me despierto, confusa, completamente transpirada. Trato de recordar el sueño, pero no puedo concentrarme, mi respiración está muy jadeante, hace mucho que no tenía ese ataque de miedo. La última vez fue hace cinco años atrás, luego de aquella sombría noche del octubre 16, claramente no quiero entrar en detalles, no quiero volver a esos recuerdos morbosos, recuerdos que los tengo guardado en un baúl con candados, bien pero bien en el fondo de mi mente.

Trato de recomponerme, me cuesta, pero lo hago. Me levanto y lo primero que hago es correr la cortina, miro hacia afuera, es un día lluvioso con mucha neblina, que impide ver más allá del portón de mi casa. Un miedo me invade, pero lo detengo tratando de pensar en otra cosa. Voy hacia al baño, me miro al espejo y me digo a mi misma: "este será un gran día", pero una voz responde a mis espaldas: "no sabes lo que te espera", miro para todos lados, no hay nadie, estoy literalmente sola, pero lo vuelvo a escuchar "al finalizar este día te darás cuenta". Mi respiración empieza a entrecortarse nuevamente.

Inhalar y exhalar, lo repito tres veces seguidas en mi mente. Bajo las infinitas escaleras que hay en mi casa para ir a la cocina, siento un frío del lado derecho que pasa rápidamente, me detengo; inhalo y exhalo tres veces nuevamente, sigo descendiendo, cruzo por la enorme sala y el enorme comedor, usualmente no soy de temer a la oscuridad, pero enciendo todas las luces a medida que voy avanzando, llego a la cocina, veo una mujer de espaldas mirando hacia la ventana, cierro los ojos y los vuelvo a abrir, no hay nadie, inhalo y exhalo por tercera vez seguida. Claramente las voces, están en lo cierto... no será un buen día.

La Mansión HaroldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora