Prólogo

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Viernes por la tarde. Una fría brisa de primavera un día de abril estremece las copas de los árboles que rodean la vivienda. El sol se esconde a eso de las seis o siete de la tarde. El sonido de una melodía deprimente se cuela bajo la puerta cerrada de la única habitación en ese sitio que no era compartida.

Jeon Jungkook yacía sentado frente a la pantalla, con las luces apagadas, los cascos puestos y la mirada perdida en el scrip entre sus dedos. Hace algunos días había comenzado a sentir algo que él catalogó como tristeza excepcional. Observaba con detenimiento la letra de su nuevo solo, pasando sus dedos sobre la tinta seca en el papel. Llámenlo mala costumbre o afición por lo anticuado; él se sentía mejor escribiendo a mano frente a la brillante luz de su ordenador que tecleando en una página perfectamente blanca, construyendo cada una de sus palabras de la forma más simétrica posible.

Se mordía el labio inferior, inquieto. ¿Acaso podría transmitir ese pesado sentimiento solo con su voz y unos acordes? Temía no ser capaz.

Soltó un pesado suspiro, removió el teclado mecánico en su escritorio y utilizó ambos brazos como soporte para su cabeza. El encierro había comenzado hacía tan poco, y, sin embargo, él sabía que sería largo y tendido. Los conciertos programados, uno a uno se iban cancelando, quebrando cada vez más rápido las esperanzas de pararse en un escenario frente a esa preciosa multitud llamada ARMY.

Era preso del pánico cada vez que imaginaba una situación distinta, desembocando siempre en el mismo fatídico presente: silencio, vacío. Un presente duro que jamás en sus cortos veintidós años pudo siquiera maquinar en pesadillas.

Se sentía ansioso por establecer una conversación casi unidireccional, donde él podía expresar sus sentimientos a través de un micrófono, y podía ser receptor, al mismo tiempo, de esa euforia que ARMY le entregaba. Deseaba sentir unas manos invisibles tras su espalda, acariciando suavemente su nuca, diciéndole en muchas palabras, y a la vez en ninguna, que todo siempre estaría bien. Porque Jungkook tenía a ARMY, y ARMY tenía a Jungkook.

Levantó los ojos para dar con el navegador abierto en la zona del menú. Observó dos iconos muy distintos uno de otro. El primero, aguamarina. El segundo, púrpura. Bajó sus párpados perdiéndose en la melodiosa voz de una cantante norteamericana. Suave, dulce, deprimente.

Vlive era el primer icono que salía en su pantalla. Ese sitio que hoy por hoy parecía tener un guion pautado más que ser una plataforma de libre acceso. Siempre debía enseñar algo distinto, algo que fuera "divertido" para el mayor número de personas que tuvieran la fortuna de encontrarlo en vivo. Ideas que no salían de su cabeza, sino que de una orden del staff que lo "invitaba" a cumplir con una parte de su contrato.

Frunció el labio y el entrecejo.

Odiaba sentirse presionado. Odiaba aún más mostrar un "contenido vago" que no disfrutaba. Su idea de interactuar no funcionaba así. No teniendo que concentrarse en algo que no tenía razón de ser.

Revolvió sus cabellos enmarañados, dirigiendo sus ojos al ícono púrpura. Una idea fugaz apareció frente a sus ojos, y el brillo de estos parecía reflejar la luz de la pantalla. En ningún momento le prohibieron su libertad de acción respecto de lo que él hacía en su tiempo de ocio. Siendo ya una figura pública, su único requisito para con la empresa era no dañar la imagen de bangtan, ¿no es así?

¿Qué tan malo podría ser enseñar lo que él disfrutaba fuera de cámaras, ahora frente a ellas?

Podría cumplir un sueño frustrado de alguna forma, haciendo efectivo el deseo que manifestó en más de una oportunidad cuando la pregunta "¿qué harías si no fueras idol?" llegaba a sus oídos.

Estaba decidido. Twitch sería su escape de la fría realidad que lo atormentaba, y poco le importaba si el equipo era consciente de sus actividades fuera del grupo. Nadie le arrebataría su pedacito de gloria.

Ni siquiera el curioso y sonriente bailarín que le observaba crear su cuenta de streamer desde el umbral de la puerta. 

¡Hey,  qué tal!

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¡Hey,  qué tal!

Ayer me asaltó una curiosa idea mientras miraba la pantalla de inicio de Chrome. Y como mi fuerza de voluntad es similar a la de un pepino, me puse a trabajar en esto en vez de continuar mis labores pendientes. 

Pretendo escribir un fic ¿quizás largo? sin muchos dramas ni tramas complejas, narrando distintas situaciones que se me crucen por la cabeza en este posible escenario con Koo como streamer de videojuegos. Entre nos, soy una usuaria frecuente de  Twitch, una plataforma online para streamers que se dedican a transmitir juegos de computador. 

No sé si seré una persona que actualice de forma frecuente. Puede que lo haga dos veces por semana, como también puede que me demore bastante en continuarlo. Me aseguraré de que los capítulos sean lo suficientemente agradables como para que no les duela si me demoro en continuar. 

Esop, bai bai. (●'◡'●)

Streamer [Jikook] ✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora