1 semana después
Narra Kyla
Ya ha pasado una semana de estar en aislamiento, y nos encontramos en nuestras celdas.
-La buscan.- dice una oficial, como ya imagino quién es, sigo a la oficial.
Llego a la mesa y me siento.
-Acepto el trato, pero con una condición.- le advierto, y él alza una ceja.
-¿Cuál?- pregunta.
-Cuando salgamos de aquí, nos darás, armas, vehículos, un lugar donde quedarnos, y no sé cómo lo harás, pero nos vas a borrar de todo archivo o registro, para todos, nosotras estamos muertas, nos vas a registrar con los nombres que nosotras te digamos.- le digo.
-Aceptas, ¿si o no?- pregunto, ya que habían pasado dos eternos minutos y este, no contestaba.
-Acepto.- dice decidido.
-Okey.- respondo.
-En tres días va a venir uno de mis hombres a recogerlas, y para los nombres, necesito que me los digan para renovarlos.- avisa.
-Muy bien, anota.- le digo, saca un bolígrafo y una agenda.
-Sophia: Rubí Wells. Kyla: Ámbar Cronwell. Violett: Jade Cooper. Rachell: Zafiro Broggi.- le digo, mientras él va anotando los nombres.
-Pero antes, Rachell quiere hablar contigo, no preguntes de qué, porque no lo sé.- le informo, mientras los guardias avisan que se ha acabado mi hora de visita.
-Regresaré mañana.- avisa mientras se dispone a irse.
Dos horas más tarde...
-Chicas, en tres días salimos, supongo que va a pagar la fianza.- les informo.
-¿Le dijiste que quiero hablar con él?- me pregunta .
- Si, dijo que viene mañana, aceptó las condiciones, y les di los nombres con los apellidos.- les informo.
Al día siguiente
Narra Rachell
-Tiene visita.- comunica el oficial, salgo y veo los rostros de las presas, derrochando felicidad al ver a sus familias.
-Pensé que no vendrías.- confieso, y este me mira con una sonrisa.
-Pues pensaste mal.- dice sonriendo.
-Cuánto tiempo sin vernos, has cambiado mucho... y seguro más traidor que nunca.- digo, y su semblante cambia a uno serio.
-Te informo que este traidor, es quien las va a sacar de esta pocilga.- sonríe victorioso.
-Préstame atención, idiota, si esto es una trampa, te aconsejo que te retractes, si no... conocerás de lo que somos capaces.- advierto.
-Yo solo quiero ayudar a mis viejas amigas.- levanta sus brazos en un gesto de inocencia.
-No, solo te aviso Andresito.- digo, sonriendo con falsedad.
-¿Por qué lo hiciste?, ¿por qué traicionarnos?- pregunto.
-No las traicioné, las salvé, necesitaba tener al enemigo de mi lado, por eso ahora, las vengo a buscar.- confiesa.
-Y para tenerlo de TÚ lado, ¿Tenías que mandarnos a este lugar tanto tiempo, imbécil?- cuestiono.
-Si, el plan no es mío, no lo hice yo, lo hizo "Él", fue por su bien, si no lo hacía, iban a matarlas.- susurra, pegando sus palmas a la mesa.
-¿Quién rayos es "Él"?, al menos debían avisarnos, ¿no crees?, son unos idiotas, dile al "Él" que es un imbécil.- espeto con fastidio.
-"El canas" no es alguien a quien deberías ofender.- habla Andrés arrugando las cejas.
-Ya se acabó la hora de visitas, vamos.- dice el policía haciendo que me levante, me pongo de frente a Andrés mientras el oficial está poniéndome las esposas.
-Hagan lo que les digamos, por favor, "El Canas" les manda saludos.- me informa, mientras se dispone a irse.
Cuando llego a la celda, veo a kyla sentada en la cama leyendo un libro, cuando ella ve que entro a la celda, cierra el libro.
-¿Qué te dijo?- pregunta curiosa.
-Solo le dije que espero que no sea una broma, y él me aseguró que no, y ya.- le comento.
Kyla y yo tuvimos la suerte que nos tocara compartir celda, mientras que Sophia y Violett estaban en otra celda.
Narrador omnisciente
-Lo hizo para salvarnos.- dice la chica mientras se ducha.
-¿Qué?- pregunta la chica de al lado confundida, mientras esta al igual que su amiga, se duchaba.
-Andrés, lo hizo para salvarnos, dijo que necesitaba tener al enemigo de su lado, por eso nos metió aquí, no pudo decirme más.- susurra la chica, asegurándose que nadie las escuchaba o les prestaba atención.
-Ese idiota, já, salvarnos, si claro.- dice irónica.
-Dijo que solo sigamos el plan y ya.- le avisa.
Las dos chicas murmuraban cosas, las otras presas estaban ajenas a lo que pasaba, cada una sumergida en sus asuntos.
ESTÁS LEYENDO
Piedras preciosas
CasualeDe sus bocas solo salen mentiras, en sus corazones reina la venganza, en sus memorias abundan los recuerdos, en sus cerebros la inteligencia, sus vidas, las apariencias. Palabras dulces como la miel, mentiras amargas como la hiel, verdades que te co...