El espíritu del sueño

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Pudo ver una sombra tras de si y se giro para contemplar al ser que se erguía frente a ella. Era alta y encorvada, con unos profundos ojos rojos carmesí y una melena grisácea.
— ¿Quien eres?
— Soy el espíritu onírico de los sueños. Protector de los que se pierden en la vida y buscan en sus sueños el refugio.
— Me das un poco de miedo.
— Solo soy un reflejo de tu realidad. Triste, gris y débil.
— Cómo puedo salir de aquí?
— Me gustaría que no hicieras eso. Quedarte aquí seria lo mejor para ti.
— Pero yo tengo que irme. Me esperan mi  familia y trabajo.
— No soy quien para retenerte pues. Para abandonar el reino de los sueños solo debes entregarme una mirada, un pensamiento y un sentimiento verdadero.

Jenni buscó en lo mas profundo de su ser y entrego al espíritu lo que buscaba.

Despertó en el suelo del salon empapada en sudor. Abrió los ojos y vio como a su lado estaba Max, su perro, desangrándose y con au corazón arrancado. Se asustó y retrocedió, tocando con sus manos el cerebro de Inuki, su gato, que yacía degollado y con un enorme agujero en au cráneo. La visión le produjo un asco horrible y le hizo correr. Fue entonces cuando vio en el sofa el cuerpo ain vida de su novio Dylan, con los ojos arrancados y cubierto de sangre.

Despertó del sueño para adentrarse en su pesadilla.

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