→ Tori Hānta es la segunda hija del líder de un poderoso y particular clan, ella siempre pensó que nació para convertirse en un Shinobi exepcional que sea capaz de seguir órdenes sin dudar, pero la llegada de personas muy particulares en su vida cam...
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── HATAKE KAKASHI ──
Los cuatro genins que ahora conforman el equipo siete esperaban en el salón de clase a su maestro jounin, el cual había más de lo normal que llegar.
La azabache de orbes azules acariciaba las plumas del emplumado azulejo que se mantenía, callado como era de costumbre, mientras veía al rubio abrir la puerta cada cinco minutos esperando a que llegue el susodicho sensei.
De vez en cuando miraba al Uchiha a su lado quién se mantenía callado igual que siempre.
─ Oye Naruto ¿Qué crees que estás haciendo? ─ la voz de Sakura hizo que la azabache mirara fijamente como el Uzumaki realizaba su travesura, se encontraba sobre un pequeño taburete colocando un borrador de pizarra entre el umbral de la puerta.
─ Eso se merece por llegar tarde ─ aclaró el rubio, terminando de colocar su travesura.
─ No deberías hacer eso, Naruto, solo estas buscando problemas ─ le reprochó la pelirosa con las manos en su cintura.
─ Nuestra sensei es un jounin un ninja de élite, no va caer en una estúpida broma ─ opinó el Uchiha, aún con sus manos entrelazadas sobre el escritorio.
─ Uchiha-san puede tener razón, Uzumaki-san ─ añadió la Hantā
─ No deberías tratar con respeto a Naruto, Tori, no se lo merece ─ aclaró la pelirosa por la forma en que llamó la azabache al rubio.
El sonido de la puerta lista para ser abierta provocó que todos miraran en dirección de donde el rubio había colocado su trampa y sí, el jounin cayó en la pequeña travesura del Uzumaki.
No tardó mucho cuando se escuchó al rubio reír burlándose del albino y a Sakura dar excusas sobre lo sucedido.
Tori no comentó nada al igual que el Uchiha pero por lo menos ella si prestaba atención a la situación, aunque no le interesara mucho, de hecho había cosas más entretenidas que ver la pequeña travesura del rubio.
─ Mmm como se los digo... ─ pareció meditar su siguiente respuesta ─ Mi primera impresión de este equipo es que son una bola de inútiles
No tardó mucho en aparecer el rostro de disgusto en los genins por las palabras de su sensei.
Seguido fueron a la azotea de la academia, por petición del Jounin, Tori miraba con ligera curiosidad al peliplata, porque se cubriría gran parte de su rostro.
Ahora se encontraban sentados los cuatro frente al que sería su maestro a cargo.
─ Bueno, pues... Deberían hacer una presentación sobre ustedes mismos, ¿De acuerdo? ─ se recargo ligeramente en el barandal.
