Astrid

Capítulo 8

Voy caminando por las calles de Londres, hace frío, mucho frío- Desearía que Sherlock me abrace- dije acariciando mis brazos para producir calor- Me pregunto si la calle Baker Street estará cerca- murmuró mientras miro al suelo, pero de pronto este pasa de ser piedras a ser liso. Curiosa lo toco, es suave pero a la vez duro, cómo si fuera musculoso- Jebus desearía tener músculos, me vería más intimidante- sonreí y comencé a posar como si tuviera músculos. Sin embargo, el suelo comenzó a moverse- que carajos...- dije sin entender la situación hasta que oigo tenues voces a lo lejos que parecieran acercarse más y más. Me llaman, dicen mi nombre, pero no reconozco está voz femenina. Intento seguir escuchando, debo saber que dice. Hasta que siento caer agua fría en mi cabeza.

Me levanto exaltada apoyando mis manos en el sillón. Miro para un costado y allí estaba Kate con un vaso vacío sonriendo con malicia.

- ¿No que odiabas los abrazos?- dice cruzándose de brazos mientras levanta una ceja y sonríe de lado.

La miro confundida sin entender- ¿Ah?- respondo frunciendo el ceño. Iba a maldecirla por haberme mojado cuál gato, cuando escucho un quejido en mi oreja. Giro la cabeza bruscamente y me encuentro a Blake expresando con su estúpido rostro una horrenda mueca de dolor, ojalá hubiera tenido mi cámara cerca, esa imagen valdría oro.

- Astrid santa madre de la papaya deja de sonreír y saca tu mano de Dean, lo estás aplastando- dijo gimiendo de dolor. Yo sin entender nada mire hacia mis manos y sí, señoras y señores, no solo mi mano estaba en el miembro de Blake, si no que todo mi cuerpo estaba acurrucado sobre el cómo si fuera un bebé.

Sorprendida salte de Blake y retrocedí  alrededor de 5 pasos colocándome en posición de pelea. ¿Cómo rayos terminé encima de Blake? Mientras Kate se reía de mi reacción, el susodicho cubrió su miembro con ambas manos y me dedico una mirada que me dejaría a 1836839171 metros bajo tierra si pudiera. Comencé a sentir como el calor llegaba a mis mejillas y salí corriendo escaleras arriba hacia mi habitación, cerrando de un portazo la puerta y apoyándome detrás de ella.

-¿Que mierda?- dije sorprendida con una mano en mi boca. Recorde dónde estuvo mi mano y la alejé rápidamente- Iugh- Me dirigí hacia el espejo- ¿Por qué rayos estoy avergonzada?- murmuré viendo mi rojo rostro. -PFF JAJAJAJAJA parezco tomate- dije a mi misma soltando una risita.

Dejé pasar la situación pues jamás en mi vida podría haber hecho algo con ese enorme orangután. Comencé a prepararme para ir a la escuela pensando en que cara poner cuando baje a desayunar y vea la cara de Blake- ¿Pero que estoy diciendo?- digo mientras niego con la cabeza ¿Por qué sería incómodo? Digo no es que sea la primera polla que toco. Ni que fuera virgen de todos modos. ¡Ahg! es muy temprano para pensar. Ignorando mis contradictorios y confusos pensamientos, cepille mi negro cabello y coloque un poco de rimel en mis pestañas. Me vestí con mi propio uniforme, está vez no olvide retirarlo Chikibeibis estén orgullosas de mí.

Tome mi mochila y salí de la habitación, baje las escaleras y doble hacia el comedor en dónde estaban los 3 idiotas y Kate sentados desayunando waffles- Mmmmmm waffles- dije mientras dejaba que la saliva escapara de mi boca.

- ¡Eso es asqueroso!- exclamó Kate asqueada- ya deja de babear y siéntate a desayunar- dijo señalando el asiento frente a ella.

- Como ordenes jefesitaa- dije gustosa. Evité completamente mirar a Blake y me senté. Junte mis manos como si estuviera rezando a Dios y murmuré - Itadakimasu- Tan pronto cómo terminé de decir la frase, comencé a devorar este delicioso manjar. Amo las cosas dulces tanto como Naruto ama el Ramen. Juro por mi perro Satán que no podría vivir sin consumir al menos 3 cosas dulces al día. Hablando de Satán, no lo he visto ¿Dónde estará?