Capítulo 3: Hogar de aliens asesinados y posibles adictos.

588 97 398
                                    

Está bien si me cuentas ese sueño otra vez.

Está bien si me cuentas ese sueño otra vez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Caden.

—¿Estás cansado? —Preguntó, mirándome desde el suelo.

La almohada debajo de mi cabeza se sentía distinta, como si no fuera la almohada que usaba normalmente. Me sentía bastante agotado tras terminar de ajustar mi horario y hacer algunas tareas. Mi día a día no solía ser tan atareado.

—Meh. —Respondí con una mueca, observando con poco interés los pechos rosas que rebotaban frente a mí como globos de agua.

—Ah, hazlo con más fuerza —un segundo dedo entró, haciéndole gemir mientras sus ojos se posaban sobre mí. Cabello oscuro hasta los hombros, retorcijones elegantes y pezones rojizos. Las embestidas eran salvajes—. Mírame, así. Ah...

Luce como Heroine...

Presionó los labios, los exprimió como limón, provocando la salida de la secreción. Me alteré un momento. Tenía miedo de lo que se escurría como si fuera a llevarme con él. En ese preciso instante, le tuve un miedo irracional a las vaginas a pesar de no ser la primera vez que veía una.

Demonios, no quiero ver esto.

Me estaba adormitando, acostado de lado mientras observaba la gran pantalla en mi habitación, mientras ella comía palomitas y se reía de lo que veíamos.

Ahí estaba de nuevo, pensando que no tenía sentido estar haciendo eso. La miré de reojo, cruzando miradas para hacerle poner pausa a la película pornográfica; los ruidos exagerados no me hacían sentir muy bien. Antes era divertido verlo juntos y carcajearnos, pero hoy como un día cualquiera no tenía ánimos ni de tener los ojos abiertos.

—Fue un poco desagradable, y parecía doloroso. —Comenté, cruzándome de brazos sin despegarme de la cama.

Tal vez lo fue... pobre actriz.

—¿Quieres que ponga una comedia? —Preguntó Ray, gateando por la basura del suelo para alcanzar el control remoto.

—Voy a salir a caminar un momento. —Le informé.

No podía quedarme sentado tras haber discutido con Jeffrey. Tenía que hablar con él pues dejarlo molesto solo significaba problemas para mí. Caminaría un rato afuera, no tardaría mucho en verlo y le haría volver a irse con más calma.

Con él se sentía como ser masticado, pero sin él la sensación era peor. Pensé que me volvía adicto a tenerlo cerca.

Heroína.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora