Capitulo 8 >>Huir<<

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-Entonces.... ¿La habitación por una cama cuesta 1200 dracmas?

La doncella asintió con una sonrisa

Mark y Perth asintieron con la cabeza, Mark sacó un 7000 dracmas y se lo entregó a la doncella. Ella se quedó asombrada, no era la cantidad más alta que había visto, pero la indiferencia que mostraban estos dos individuos era extraña, ya que generalmente las personas hacen sonidos de disgusto e incluso quieren bajar el precio a 1000, pero ellos se lo dieron sin más, y aún más de la cantidad requerida - Pero jóvenes estos son 7000 dracmas, solo necesito...

Mark la interrumpió - Oh si, queremos quedarnos por cinco días más

La doncella aceptó el dinero, con una sonrisa, sacó 1000 dracmas y se los dio de cambió - En total son 6000, estos 1000 son demas

Mark lo recibió asintiendo y guardando el dinero recibido en su bolsillo

Ambos salieron del lugar con el paso lento, había pasado 1 semana, 7 días, 7 días que habían aprendido tanto de los seres mortales, habían aprendido su forma de actuar, y su forma de hablar o expresarse, pero todavía no los entendían completamente, era confuso para ambos, pero estaban mejor que cuando llegaron

Conocían a más personas, la mayoría personas mayores, aquellas de algunos 60 o 70 años, ya que eran demasiado tiernas o tiernos y estos no los miraban de forma... Rara, ni les proponía cosas extrañas

Esto haciendo recuerdo a Mark cuando un chico bajo, muy hermoso, si era sincero, con el cabello castaño y ojos color celeste con algunos puntos encima del puente de su nariz se acercó a Perth, tenía sus pómulos extrañamente rojos y una mirada que ninguno supo cómo descifrar. Cuando esto frente de este le entregó una carta marrón cuadrada, con un sello finamente colgado sellando su entrada delicadamente, con una rosa extremadamente roja y un frasco con unos pétalos dentro y un líquido rosado, adornado con una cinta de igual manera, para ser sincero a Mark le pareció interesante, nunca había visto a alguien regalar cosas a un desconocido como eran Perth y él, y al parecer Perth le pareció extraño, su expresión era tan clara, una claramente de confusión absoluta

-Creo que te confundes esto no es mio - hizo el amago de devolvérselo, pero el chico alzó las manos evitando que se lo devuelva con los ojos extrañamente preocupado y las cejas elevadas hacia arriba - ¿Que te sucede? No es mío, no puedo aceptarlo, esto no lo quiero, gracias, pero el dueño debe estar buscándolo

Aquel joven se quedó con la mirada consternada, sus ojos se pusieron vidriosos y sus orejas comenzaron a teñirse de rojo - No, yo... Te las doy, es para ti

Perth lo miró con una expresión solemne - Pero no es mío, yo no las quiero, tampoco lo necesito

Extendió los objetos hacia él joven delante de él. Aquel muchacho que había estado enamorado de Perth desde que lo vio se sentía, humillado, destrozado... Él había enfrentado a su familia para proponerse a Perth, él... Él pensó que tendría una oportunidad con él, había ideado todo en su mente, parecía tan perfecto y tan mágico, donde Perth leía la carta y se enamoraba perdidamente de él, salían por meses y luego Perth le propondría matrimonio a la luz de la luna, y vivirían felices por siempre, juntos, pero todo terminó siendo solo una absurda fantasía, una dolorosa verdad, su garganta comenzó a quemar como si el mismísimo infierno se adueñara de él, la cabeza comenzó a doler y tuvo ganas de llorar cuando vio como devolvía los objetos, sin expresión, ¿ahora que haría? ¿Volvería con sus padres y les diría que tenían razón? ¿Que él solo estaba confundido? Era su única opción, rendirse, y afrontar la realidad de que él jamás podría amar a quien él quiera

Luego de eso Perth y Mark siguieron vagando por el pueblo, ahora que Mark lo pensaba, él había visto que los chicos daban ese tipo de regalos a sus parejas, pero Perth no era la pareja de ese joven, ¿Porque él le daría algo así? Se giró a Perth - Perth ¿recuerdas a ese joven que te dio esos objetos?

 𝘼𝙛𝙧𝙤𝙙𝙞𝙩𝙖 ~ PerthMark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora