CAPÍTULO 2: MI HEROÍNA

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Las noches en medio de aquel reino gobernado por aquel tirano llamado Lord Hordak son demaciado frías, tango así que incluso una persona que no esté acostumbrado a aquel ambiente frío de la noche podría llegar a sufrir graves dificultades en su salud; cosa que no es ningún problema para los habitantes de aquel infierno que ya están bastante familiarizados con aquél gélido frío nocturno.

Ahora todos los de altos rangos están descansando en sus respectivas habitaciones, aunque lo mismo no ocurre con los jóvenes cadetes, ya que todos ellos duermen juntos en un gran salón, divididos por camarotes de dos que a su vez son camas individuales nada comodas, pero no hay reclamo por aquello.

Ya es bastante común que en medio de los cadetes haya una rubia en especial de unos ya dieciocho años bien cumplidos, que a pesar de que esta acostada en la lidera baja no está dormida, si no que tiene la mirada clavada en la parte posterior de la lidera que está sobre ella, teniendo la idea exacta que la de arriba está vacía.

Pov. Adora

Es otra noche más en la Zonas de Susto de la Horda; estoy acostada en mi respectiva lidera, la cama en sí es algo dura, pero no tengo ningún problema al respecto ni reclamo, ya que desde que tengo uso de razón estoy acostumbrada a aquello, inclusive a los duros entrenamientos que proporcionan a todos los cadetes jóvenes de La Horda.

Tan solo estiró un poco mis piernas para sentir el bulto extra bajo mis pies, no es necesidad de ver de quien se trata, se que es aquella chica felina de pelaje marrón, cabellera rebelde, pero muy suave al tacto, de ojos heterocromáticos que me atraen de manera inexplicable, con pelaje realmenteme suave y colmillos que me encantan más aún cuando estos sobresalen cada vez que me dedica una de sus ocasionales sonrisas engreídas, aunque Ella no lo crea del todo cierto posee una figura bastante envidiable.

Su nombre es Catra, además de ser mi compañera, es mi verdadera amiga y mi heroína, por que eso es ella para Mí, mi heroína.

Mi mente se traslada enseguida a aquel tiempo cuando todo comenzó.

Aún recuerdo que cuando tenía catorce años, sufri mi primer aprieto y el peor de todos, mi primer celo como la Omega que soy en realidad, cosa que solo Catra tiene conocimiento.

Habíamos tenido una mañana dura de entrenamientos, en la que debíamos atacar por equipo de cinco a unos robots de forma esférica, tuve dificultades en seguir el ritmo de los demás, aunque no más que Kyle, prácticamente Él fue un verdadero manojo de equivocaciones; pero daba su mejor esfuerzo; como ya era costumbre Catra no estaba con nosotros y más bien hizo su aparición casi al último momento, era toda una chica rebelde.

Catra tuvo que soportar las duras palabras de Shadow Weaber, por no estar presente en el inicio del entrenamiento, Ella es una hechicera que es nuestra mentora y oculta su rostro tras una mascara roja con una piedra roja clavada en su frente. Ella lastimó el brazo de Catra con aquélla magia oscura que sólo ella sabe manejar, aún recuerdo su quejido de dolor mientras sostenía su brazo derecho y la sangre brotaba ente sus dedos, no soporte más y me pare frente a Ella para evitar que la sigan lastimando, cosa que a la mujer enmascarada no le agrado, pero aún así no me hizo nada ya que para Ella Yo era verdaderamente valiosa y no alguien inservible como Catra, aquello es un pensamiento que no comparto, pero aún así, no la encare, fui una cobarde.

Catra estaba más que molesta conmigo, pero no sabía por qué razón ya que había impedido que Shadow Weaber le hiciera más daño, a regañadientes cure y vende la herida de su brazo.

Recuerdo que de golpe comencé a sentir un extraño calor en todo mi cuerpo, comencé a temblar, fue entonces que me di cuenta de algo terrible para Mí, simplemente me fui corriendo y me encerré en uno de los baños, mientras me abrazaba a mi misma sin creer que Yo había resultado ser uno de aquello escasos Omegas despreciados que hay en La Horda, estaba asustada, arrinconada en una esquina como si fuera un roedor pequeño e indefenso; sumergida en mi propia desesperación no me percate que cierta felina había entrado por arriba, su tacto en mi hombro derecho me hizo volver a la realidad, aunque si di un fuerte grito cuando lo hizo, pero ella me había callado al colocar una de sus manos en mi boca, sintiendo a la vez que ella también temblaba, pero no tanto como Yo lo hacía, con su otra mano me extendió un frasco rojo y solo me dijo -No hay... tiempo que perder... tomate enseguida dos cápsulas... antes de que pierda el control- no había tiempo para preguntas por lo que a penas me soltó abrí el frasco sacando de su interior dos pequeñas cápsulas de coloración morada, las cuales ingeri sin necesidad de beber algún líquido, fue cuestión de unos diez segundos para sentir como aquel calor desapareciera enseguida de mi cuerpo, a la vez que note como Catra se tranquilizaba, entonces me di cuenta de algo importante de ella, Catra también ocultaba algo, y era el echo de que ella era un Alfa y gracias a ello pudo controlar mucho mejor aquellos impulsos carnales que despertaron a causa de mi repentino celo.

Entre el Amor y el Odio  (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora