POV CATRA.Adora es extraordinaria, no me imagine que Ella prácticamente usará su nuevo estatus alto de Capitana de la Fuerza para "tomar prestada" un esquife para ir a explorar el interior de los Bosques Susurrantes junto conmigo, eso sí que es digno de admirar.
Cuando maneja el esquife no niego que me sorprende que me dijera que era su primera vez conduciendo uno y valla que lo hace excelente, bueno si ella puede ¿Por qué Yo no?, por lo que le pido mi turno de manejarlo y me lo concede sin restricciones, bueno me quiere dar instrucciones, pero bah Yo no soy de hacer caso por lo que aceleró con fuerza escuchando como su trasero choca contra la dura superficie de nuestro vehículo.
—Que hermoso sono eso— Pienso para mis adentros.
—Hey Catra... con más cuidado... ten en cuenta que debemos guardar combustible para volver— Me reclama con la voz adolorida por lo que no puedo evitar reírme.
Un escalofrío recorre toda mi espina dorsal, se que Adora es la causante de aquello, es su mirada matafuego, rayos aquello si que me pone nerviosa —Hey Adora... desde atrás... pu... puedo... sentir tu mirada— Le reclamo deteniendo el esquife en las orillas del inicio de Los Bosques Susurrantes.
—No estoy haciendo nada— Levanto una ceja ante su mentira, porque si que le está mintiendo con total descaro.
—Hey Adora— la miro de reojo sobre mi hombro —¿Sabes una cosa?... no puedes lograr mentirme— Le sonrió de lado.
Reanudó el movimiento del esquife adentrandome en aquel bosque misterioso manteniendo la velocidad reducida, no soy tan boba por lo que soy consciente de que debo conservar el combustible para el viaje de regreso; aún así estoy incómoda, no puedo concentrarme.
—Catra... Yo... lo siento... no quería... incomodarte— la escucho nerviosa, realmente Adora me la pone difícil por lo que decido detenerme sobre las raíces sobresaliente de un árbol fucsia, menudo color —¿C... Ca... Catra?— ok está más que nerviosa —Catra... Yo... lo siento... no quería... incomodarte— Ruedo los ojos —¿C... Ca... Catra?— Y dale con su nerviosismo.
Se que no es su celo, es otra cosa —Ok Adora... Vamos a jugar un poco a ver si averiguó lo que realmente le pasa o simplemente ver tu misma reacción acostumbrada— tramo a mis adentros —Al parecer tu celo esta de regreso... Puff te ayudaré con ese asunto— respiro con pesadez —Estás jodidamente extraña— me volteo sobre mis talones para verla de frente —Así que como lo dije te ayudaré con ese asunto... Al fin y al cabo soy tu Alfa— Con mis manos en mis cintura, esperando su reacción nerviosa, ya que normalmente es así como reacciona cada vez que la molesto de esta manera.
Pero al parecer creo no recibiré la reacción acostumbrada —Catra...— ok eso no es una buena señal —Acaso cada vez que me pongo... No se "extraña"... — hace comillas con los dedos —¡Se debe a mi estúpido celo de Omega calenturienta!— su voz resuena por todo este bosque provocando que mis orejas se apeguen a mi cabeza.
Le susurro entre dientes —Hey... Adora baja la voz... Cualquier criatura desconocida de este lugar nos puede oír y...— No logro completar la frase.
—¡Catra! ¡A la mierda todo! ¡No me interesa que lo que sea que está en este puto lugar nos oiga! ¡Sabes que no me agrada que prácticamente insinues que mis putas actitudes tienen que estar relacionándos con mi jodido celo! ¡Además... Sabes que Yo te aviso cuando estoy entrando a esa mal parida etapa! ¡Tú mejor que nadie siente cuando estoy de puta necesitada! ¡La jodida marca en Mí te lo hace saber!— Repito eso si que fue inesperado.
Mi Alfa interior está ¿Cómo decirlo? ¿Feliz? Si así estaba, realmente adora a está Adora encabronada —Wow... Si Shadow Weaver te oyera me terminaría cortando la cabeza ya que su angelito cayó bajo mi maléfica influencia— Me comienzo a reír de mis propias palabras, tanto así que flexiono mis rodillas y me agarro el estómago.
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Entre el Amor y el Odio (Omegaverse)
Fiksi PenggemarAdora es una Omega que está en verdaderos apuros, tanto su mente como su corazón estan contaminados con todo lo negativo de las enseñanzas de la zona del susto por lo que se verá en la obligación de negar su propia naturaleza, pero las cosas se le c...