*Segundo libro de Madison Salvatore
Primer libro esta en mi perfil.
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# 1 - cienciaficción 22/02/21
# 1 - theoriginals 21/05/21
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Madison
Al despertar me levante de la cama y me puse una bata, fui a la cocina para prepararme un café. Al tenerlo listo salí al balcón, esta nublado y están cayendo algunas gotas de lluvia.
Al beber de la taza sentí un pequeño viento a lado mío para luego sentir la presencia de Klaus quien me miraba
– ¿Necesitas algo? – le pregunto sin mirarlo
– Quiero que vuelvas al recinto – me respondió y yo reí
– Apenas llevo una noche fuera y ya quieres que vuelva ¿Discutir conmigo también es tu pasatiempo o Ginevieve ya no te complace y necesitas de mi? – le pregunto mirándolo y ahora él es quien ríe
– No es eso amor, Elijah te necesita y no hay nada como que estés en la casa para cualquiera cosa – me respondió y yo rodé los ojos
– Elijah sabe que cuenta conmigo para lo que necesite y a la hora que sea yo iría con él, no necesito estar en el recinto para eso – le dije para tomar un poco de café y él me quitó la taza
– Las cosas entre tú y yo en algún punto van a mejorar y todo volverá hacer como antes – me dijo para luego tomar de mi taza
– No si sigues con la bruja y con esa actitud de indiferencia que te cargas – le dije para quitarle la taza y entrar a la habitación.
Klaus
No dije nada y solo gire para verla entrar a la habitación, al perderla de vista decidí regresar al recinto para seguir con la pintura que estaba haciendo.
Al tomar el pincel y la pintura, sentí la presencia de Elijah y gire a verlo
– ¿No te agrada el azul cerúleo? – le pregunto
– No me agrada tu indiferencia – me respondió él cruzándose de brazos
– Bueno es difícil intentar unir a una comunidad que tiene una historia de odio mutuo – le dije dejando el pincel y la pintura nuevamente en la mesa
– Ahorrate los comentarios – me dijo él
– Perspectiva entonces, si quieres paz tienes que empezar por los licántropos, hace 100 años había una carrera para gobernar esta cuidad desde entonces todos tuvieron tiempo para ver a sus enemigos derribar ese legado – le conté
– Con mayor razón sus enemigos no se rehúsan a invitarlos a la mesa – me dijo Elijah
– Si la mesa es el obstáculo apartala – le dije para tomar una botella y servir dos tragos – ¿Recuerdas en 1720 la desesperación del gobernador para conseguir nuestra ayuda para construir cimientos para la cuidad? Nos reunimos con él y rechazamos su oferta, así que nos embriagó con vino, hermosas mujeres hasta que le dijimos que si
