16. ¿Llego tarde?

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Ashley:

La afirmación de Cassye me aterró, ¿para que negarlo? Estaba muerta de miedo, y si bien ya me había percatado de que nos venían siguiendo, no estaba preparada para aceptarlo.

¡Mierda!, ¿que haremos?

Estamos en desventaja Ash, solo espero poder perderlo de vista y para eso necesito tu ayuda.

Mi vista se enfocó en el espejo retrovisor, donde claramente pude ver que era un auto rojo brillante, pequeño. Pero muy veloz.

El auto de Cassye derrapó en el esfalto mientras ella aumentaba la velocidad.

—Bien... —mi voz entrecortada y mi acelerado corazón delataban mis nervios —¿Que tengo que hacer?

Ella me lanzó una rápida mirada y estalló en carcajadas. Creo haber mencionado que mi amiga esta un poco loca, pero en estos momentos me cuestiono seriamente su salud mental.

—Primero que nada, cálmate un poco, saldremos de esta.

Según Cassye manejaba pude notar que no estábamos dirigiendonos a mi apartamento, ella había tomado otra ruta para desviar la atención de la persona que nos está siguiendo.

Bien, ahora necesito calmarme para ser de ayuda.

Cruzó repentinamente en una curva haciendo que el otro auto chirriara al frenar, pero lo perderemos de vista unos segundos.

—Bien amiga, aquí es donde me ayudas. —se bajó del auto dejándolo encendido —Sal del auto, ayúdame, ayúdame —dice, no lo dudo y entre ambas empujamos unos pesados cajones de basura hasta atravesarlos en medio.

Volvemos al auto y toma la vía central que habíamos dejado atrás para ir a mi apartamento.

—Espero que lo perdamos —acelera desenfrenadamente el auto y temo por mi vida con una loca como Cassye al volante con esta velocidad —¡Mierda, no! —gritó adentrándose en la maleza, cayendo en un hueco y apagando rápido el auto. Nos quedamos en silencio y a oscuras mientras en la oscuridad noto como pone su dedo sobre su labio para indicarme que haga silencio.

Un auto pasa a toda velocidad por la vía y puedo asegurar por el chirriar de las ruedas, que era el que nos seguía.

Suspiro profundamente para calmar mi loco corazón desenfrenado, esto es algo traumante.

Cassye enciende el auto y aunque nos cuesta algo de trabajo, logramos salir del hueco en el que habíamos caído.

—¿Tienes alguna idea de quien pueda ser? —me pregunta con la mirada fija en la carretera.

Niego con la cabeza, sin fuerzas para hablar.

—¿Quizás algún cliente molesto?
—continúa, pero al notar mi reticencia ambas quedamos en silencio hasta estacionar el auto en mi departamento.

—Yo... muchas gracias Cassye, no se que hubiese hecho sin tí.

Ella me abraza.

—No te preocupes, tonta. Aún no sabemos a cual de las dos seguían, pero por favor, cuídate ¿bien?

Mis ojos se humedecen al instante y doy gracias a dios de tener una amiga como ella. Asiento con la cabeza mientras ella toma mi rostro entre sus manos.

—Por suerte, tienes a tu genial amiga a tu lado para hacerse cargo, ¿eh? —sonríe de lado mientras me bajo del auto. —Ash.. no dudes en llamarme cualquier cosa.

—Lo haré

Ella se queda más tranquila con mis palabras y arranca el auto.

Yo corro a mi departamento y cuando estoy adentro no puedo evitar desmoronarme. Me hago un ovillo en el suelo mientras todas mi emociones salen a flote.

Sé que él vendrá por mí.

No sé cuánto tiempo tengo aquí sentada, llorando.

Siento que tocan suavemente la puerta y me sobresalto alejandome de ella, temiendo lo peor.

—¿Qui...quien está ahí?

Mi voz sale temblorosa, mi corazón a punto de salirse de mi pecho y mis ojos muy abiertos.

—Ash, soy yo Alex —escucho que responden.

Corro a abrirle la puerta y cuando lo tengo de frente no dudo en echarme a sus brazos a llorar, mi cuerpo tiembla desconsolado y mi llanto se hace presente.

No hay nada mejor que llorar, mientras eres sostenida y escuchada por alguien.

—Ash... ¿Que pasa, mi amor? —Alex me carga en sus brazos mientras se adentra conmigo en sus brazos a mi departamento y se sienta en un sillón cercano.

—Él... él me encontró —su cara palidece mientras sostiene mi cuerpo.

Sabía que en algún momento mi padre me encontraría. A pesar de todo, no logró engañarme a mí.

Todo fue muy convincente, muy bien preparado. Pero sin nada de lógica.

Mi padre estaba obsesionado con el dinero, decía que sin dinero no eras nadie. Estaba casado, pero no con mi madre, tenía más hijos pero no con mi madre. Mi pobre madre era la otra.

Él estaba felizmente casado con una mujer de la alta sociedad, tenía cuatro hijos todos varones y vivía como un rey en una enorme villa.

La villa De’Angelo.

Conoció a mi madre cuando ella aún era menor de edad y la convenció de abandonar su hogar, su familia y su dignidad por él. A la corta edad de 16 años mi madre me dió a luz, a pesar de que el trató de convencerla de abortarme, por lo que él nos alejó en una casita muy humilde y un barrio pobre. Nos exilió de la sociedad ya que la casa más cercana estaba a más de 15 kilómetros. No quería que nadie supiera de su amante y su hija bastarda. Mi madre estaba ciega de amor por él. Me escapé de casa y dos años después supe que había sido gravemente apuñalado, fuí a visitarlo y la enfermera que me atendió me dijo que él mismo había pedido el alta.

Mi madre enloqueció cuando en las noticias apareció que el gran magnate Eduardo De’Angelo había muerto luego de una cirugía a corazón abierto, pero yo sabia que no era cierto.

A mí no podía engañarme.

Escuchaba que Alex estaba hablandome pero en estos momentos no tenia cabeza para pensar o decir nada, no me sentía muy bien y sólo quería dormir y al despertar darme cuenta que todo había sido una de mis oscuras pesadillas.

Mi puerta fué tocada por segunda vez esta noche, y aunque no estaba sola, no me sentí mejor.

—Quédate detrás de mí, ¿si?.

Asentí.

Alex abrió la puerta y me sorprendió encontrar a Maximiliano del otro lado.

Sus facciones se tensaron mientras una sonrisa burlona ladeaba su rostro.

—¿Llego tarde?

•••

¡Hola Holaaa!

¡Uy Uy Uy! Yo no quiero ni imaginarme la reacción de Ash a esas cortas palabras, porque aunque dijo muy poco, ¡significan mucho!

Quisiera pedirles disculpas por mi repentina desaparición, pero no había estado muy bien de salud y aquí estoy, ¡dando guerra, si señor! Quienes me siguen, muchas gracias por sus mensajes de apoyo, ¡significan muchísimo para mí!

Espero que les haya gustado este cap, no olviden dejar su estrellita★ y sus comentarios que yo con mucho gusto responderé.

Gracias por el increíble apoyo a esta historia♥♥♥

Chau.

La Princesa Del Just Dance.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora