Sex teacher - Hyunin♡

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 22.

HyunJin.

Sentía sus paredes contraerse cada vez más, cuando aumentaba la velocidad de mis embestidas sus caderas se movían rítmicamente junto a la par y sus gemidos eran música para mis oídos. Aquello me hacía estar cada vez más cerca del límite, al tener la certeza de que estábamos a tan sólo un paso salí por un instante de el, lo observé fijamente por unos segundos -queria saber si estaba listo- pero, acabe topandome con sus ojos... Aquellos que estaban mucho más oscuros y casi negros, pero había un brillo que los hacía hermosos, más que hermosos. Perfectos.

No pude evitar sonreír y en un segundo entre en el nuevamente, enterrandome por completo en su apretado y caliente culo, llegando de esa manera a un perfecto orgasmo, haciendo que el encorvara su cuerpo y arañara mi espalda ¡maravilloso! Le había gustado.

Finalmente hundi mi rostro en la almohada plantando un beso en su mejilla con una sonrisa de satisfacción pegada a mi rostro, si hubiese tenido la idea de lo bueno que sería todo, me hubiera ofrecido a enseñarle por iniciativa propia.

No acostumbro en si a tener sexo, si no follar a los chicos de manera bestial y debo admitir que de ahí mi experiencia, pero a pesar de su escaso conocimiento, esto había sido genial, su cuerpo era tan caliente y angelical a la misma vez que no hacía falta que fuera experto para poder hacerme disfrutar de este y de más no esta añadir que contaría con mi mano todas las veces que he quedado realmente satisfecho y me estaría sobrando dedos incluso, pero haberme acostado con Jeongin sin duda alguna entra en mi lista.

Retiré un poco la sábana para poder respirar y junte mi frente con la de el observándolo fijamente, su respiración aún se encontraba agitada y una hermosa y pequeña sonrisa permanecía en su rostro.

—Oye innie —dije acariciando su mejilla, luego de recobrar el aliento.

—¿Sí? —pregunto con voz débil.

—Gracias.

—¿Por qué?

—Por dejarme ser el primero... —dicho esto, el me dirigió una mirada llena de ternura. Haciendo que mi corazón se detuviera por un segundo.

Entonces justo ahí puede colocar mis pies sobre la Tierra, había acabado, después de esta noche la única razón por la cuál me encontraría con el sería para estudiar o hablar de idioteces, todo estaría volviendo a la normalidad, el iría junto a BangChan y al final de la semana se acostaria con el, de eso se trataba el plan y esta bien, pero la verdad es que no quería que fuera así, por lo menos podía hacer para que esto durara un poco más, seria besarlo una vez más.

Bajé la mirada hacia sus labios y por suerte él hizo lo mismo ¡Perfecto! iba a corresponderme, acerque mis labios con lentitud para estar realmente seguro de que el aceptaría y darle oportunidad de negarse, pero no fue así.

Jeongin entre cerro sus ojos y subió sus manos a mi cuello, giré mi rostro un poco hacia la izquierda e hice que nuestros labios se unieran, besandolo con lentitud y delicadeza, no tenía intención de besarlo eroticamente como para una segunda ronda, solo quería que supiera que no quería que esto acabara.

—Gracias a ti... —dijo al terminar el beso —por aceptar ser el primero y por enseñarme todo lo que debo saber, has sido un magnífico maestro HyunJin —acarició tiernamente mi mejilla izquierda y me dedico una hermosa sonrisa, joder y mil veces joder, no podía aferrarme a él.

—Fue un placer —sonreí y me levante para ponerme bóxer.

Mientras los buscaba me dirigí hacia el baño de la habitación, podía sentir su mirada totalmente fija en mi, sonreí para mi mismo ante eso y sin decir nada entre al baño.

Cepille mis dientes y me di una ducha fugaz, lo más rápido posible. Cuándo entre nuevamente a la habitación, encontré a Jeongin fuera de la cama, enrollado en una sábana, parecía estar buscando algo, si, su ropa.

Se muy bien que termine mi trabajo con el, pero tendría que estar drogado para dejarlo ir teniendo la certeza que luego de esta noche... nada más pasará.

—¿Qué haces? —digo parandome detrás de el.

—Busco mi ropa.

—¿Para qué?

—No lo sé, para colocarmela tal vez—respondió con ironía seguido de una risa —no me iré desnudo a mi casa joder, ¿dónde demonios está mi bóxer? —se preguntó a si mismo.

—No vas a ningún lado —Rei.

—¡Debo irme!

—No esta noche —coloque mis manos en su cadera.

—HyunJin...

—Oh vamos, ya lo hecho... hecho esta —susurre en su oído, algo me daba la impresión que eso lo calentaba.

—No puedo quedarme...

—No puedes tener sexo y solo irte, eso es lo que no puedes hacer.

—Eso es lo que sueles hacer tú ¿no?

Touche.

—No, yo me voy en la mañana siguiente... o en la madrugada, es distinto.

No lo era.

—No HyunJin, no lo es —Río.

—Vamos —insisti otra vez, acercandolo a mi.

—Buscare mis cosas, me daré una ducha y me iré, mañana BangChan pasará por mí para ir a clases, no puedo quedarme, aunque quisiera —retiro mis manos y junto sus cosas —¿me prestas tu baño?

—Adelante —Dije apartandome un poco resignado.

Jeongin me miró, soltó una pequeña risa y se acerco a mi.

—Hyunjin al hecho de que no vaya a quedarme no significa que no me haya gustado, por mi me quedaría y créeme que no con la idea de dormir —me guiño un ojo y entro al baño.

Entre cerro la puerta de este y lanzo la sábana que lo cubría de la cadera hacia abajo.

Me dediqué a buscar mi ropa, debía ir a dejarlo al menos.

Y en ese momento escuché el sonido de la ducha y la voz de mi cabeza diciéndome que fuera con el, pero traté de ignorarme a mi mismo.

Exacto.

Dije "trate".

Hice el intento...

Pues quedarme ahí con los brazos cruzados no era una opción. Y si tal vez me apunto a ganarme grandes insultos de su parte, pero valdría la pena.

Tire mi polera y camine despacio hacia la puerta, esperando a que esta no tuviera seguro.

Coloque mi mano en la perilla esperando a que estuviera con llave. No tenía. Sip la suerte está de mi lado.

Entre y la cerré silenciosamente, los vidrios se encontraban completamente empañados impidiendome ver su desnudez. Me acerqué y deslice la puerta y metí mi cabeza.

Jeongin estaba de espaldas, genial.

Entre por completo y sin decir nada me acerque a el, rodeando su cintura con mis manos provocando que el diera un saltito y para impedir que me regañara, lo giré rápidamente y lo besé de manera frenética, procurando besarlo de una manera que no le fuese posible resistir.

Al principio no correspondió, pues lo tomé por sorpresa, pero finalmente me siguió la corriente.

Fui juntando nuestros cuerpos cada vez más, haciendo que las gotas cayeran sobre ambos.

Sin duda alguna iría por una segunda ronda.

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