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Pese a todo lo que ha pasado últimamente, nunca me había sentido así de comoda con una persona, eso podría significar dos cosas, 1.- La química y 2.- Úrsula sabe como engancharte.

Realmente no se porque sigo escribiendo en este diario, si ella lo encontrase y lo leyera, moriría seguro ahogandome con mi propia saliva, pero cabe decir que me gusta redactar lo que pienso. En Fin.

El rodaje va bastante bien, todo el equipo se ha adaptado a mi forma de trabajo y yo a la suya, esa es la clave de un buen equipo, pensé, sin embargo, durante los cambios de toma, noté la mirada de Úrsula fulminandome seguido de una sonrisa. Si aquella mirada suya fuese un G69 como los de utileria del set, pero real, su mirada tan peculiar me habría acribillado en un segundo.

Al pasar de los días, noté un poco más de atrevimiento de su parte y que claro, no soy una persona que se lanza al ataque sin tantear el territorio primero, ese atrevimiento directo hacia mi era respondido con sonrisas o guiños, los demás siempre estaban tan ocupados repasando guiones o con los maquillistas encima como para darse cuenta de aquellos coqueteos que daban lugar en ese mismo set.

Había estado dudosa si eso era amor, o sólo una atracción y ya... Pero tendría que conocerle aún más para saber si es amor este fuego tan intenso como el del infierno que siento que me inunda el pecho, es una sensación muy especial, difícil de describir con simples palabras, pero, ¿como describir algo que no sé?

Aunque indudablemente alcanzó a observar en sus ojos un brillo peculiar cuando conversamos, y esas sonrisas tan cálidas como las fogatas en invierno y abrazadoras como un viento salvaje aproximándose, no correría riesgos sin saber que es lo que siento, y lo que ella siente, no me excento de decepcionarme y oír lo que no quiero, y ese es un riesgo.

El amor es un salto al vacío, y una vez que te lanzas por primera vez, nunca dejas de caer.

!Acción! - Ursula Corberó y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora