Era un día bastante normal en el inframundo, y Seshomaru el dios que ahí gobernaba estaba bastante tranquilo en su trono, asta que uno de sus fieles sirvientes, Yaken, entró con desesperación a la sala del trono.
- ¡Mi señor, el volcán Edna está en erupción, Tifón, el monstruo que fue encarcelado por Inuyasha está descontento!
- ¿Y eso, a mi que? - preguntó desinteresado Seshomaru.De repente la tierra se estremeció fuertemente, provocando, ahora sí, preocupación por parte del dios del inframundo.
- Si sigue así ocasionará que la tierra se rompa y traiga luz a este mundo de tinieblas... No lo puedo permitir.
En ese momento Seshomaru, ascendió a la superficie terrestre para analizar la situacion.
Mientras tanto Sango y su hijo Shippo, mejor conocido como cupido, estaban observando a Aome, la diosa de la primavera.
Sango y Shippo se encontraban ofendidos, porque tanto la diosa Zoten como la diosa Lin, eran diosas vírgenes y puras, y así se negaban a los impulsos de la pasión y el amor; y la joven Aome iba por el mismo camino, tanto que para conservar su castidad, su madre, Kikyo la diosa de las cosechas, la apartó del Olimpo, pues ahí era constantemente asediada por diversos dioses.
Sango, precintió que Seshomaru se acercaba inadvertidamente hacia Aome; Seshomaru, era otro que podía esquivar la influencia de los dioses del amor, ya que vivía recluido en el inframundo.
- Sabes Shippo, creo que es hora de que Seshomaru deje de vivir como lo hace, debe ser bastante triste vivir solo en un lugar tan sombrío como lo es el inframundo. ¿No lo crees?.
- Si, pero como podemos cambiar eso, si no podemos pasar a sus dominios.
- Pero ahora está muy cerca de el lugar en el que se encuentra Aome. Mataremos dos pájaros de un tiro, Seshomaru tendrá amor en su vida, y Aome conocerá lo que es el placer carnal.- Tienes razón madre - dijo preparado su arco y flechas para atacar a Seshomaru.
Al soltar la flecha, está dió en el blanco sin ocasionar ningún dolor o sensación en el dios que seguía su camino como si nada.
Pocos minutos después Seshomaru se encontró con la imagen que cambiaría completamente su vida, la hermosa Aome se encontraba sentada en el verde pasto juntando algunas flores de colores, mientras su cabello danzaba con el viento.
Ella al percatarse de su presencia se levantó rápidamente, y con miedo vió como el comienzo a acercarse poco a poco, en un movimiento involuntario ella empezó a dar pasos hacia el, asta que quedan a escasos centímetros.
Él, llevó su mano al terso rostro de Aome y lo acarició con gentileza, la joven diosa sonrió ante tal muestra de afecto.
- Eres hermosa... - dijo de manera fría Seshomaru, aún que para Aome, eran las palabras más dulces y calidas que había escuchado.
- Gracias, es raro recibir un halago de tan frío dios.Seshomaru, sin esperar nada más, tomó a Aome delicada pero firmemente de la cintura para después, abrir una grieta en el suelo y hacer una entrada al inframundo.
- ¡¿Pero que has hecho?! - Preguntó algo asustada Aome al llegar a la que era la recámara de Seshomaru.
- Ahora tu serás mi esposa, y como tal deberás estar a mi lado. - Tranquila mente Seshomaru tomó asiento en uno de los sillones que había en la recámara. - ¿O acaso es que no te gusto?- No es eso... Siempre he pensado que es uno de los dioses más apuestos, pero... Mi madre se preocupara por no encontrarme en el lugar donde me dejó...
- Completamente sola y alejada de cualquier ser, ¿no crees que es mejor el inframundo? Estoy yo, y nunca te dejaré ni por un instante, además puedo convertirte en una verdadera diosa, podrás tener lo que quieras junto a mi.
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One-shots seshome
Fanfictionhistorias cortas de mi pareja favorita, la mayoría basadas en canción que me gustan