No me ames II

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Era común que él Lord se llevará con él a Lin por unas semanas, para que rompiera su rutina y tenerla un poco más cerca, le gustaba el ambiente que se hacía en el palacio del oeste cuando la pequeña saltaba, corría y reía por los pasillos.
Ese día él llegó con Ah-Un por ella, nunca se esperó que la pequeña, con ojos de cachorro le pidiera llevar a la azabache mayor con ella, él se negó varias veces, la niña hizo un berrinche no muy común en ella. Al platinado no le hizo gracias eso, pero al ser un "padre" primerizo no supo cómo reprender a la niña y solo accedió para no escuchar más sus llantos y gritos.

- ¡Gracias amo Seshomaru! En cuanto regrese la señorita Aome le diré.

Él la miró extrañado por lo que la pequeña dijo, así que la niña se apresuró en contar.

- La señorita Aome fue al castillo de un terrateniente no muy lejos de aquí, creo que fue a purificar el lugar. Después del insidente que hubo el Daimio de ese pueblo le pidió a la señorita que fuera cada 15 días a purificar su castillo y así protegerse de posibles amenazas.

Al parecer al lord no le había quedado muy claro lo que la pequeña le decía así que la inquieta y nada silenciosa Lin gustosa siguió hablando.

- Hace unos días unos vasallos llegaron muy desesperados a pedir ayuda, ya que un feo demonio se había apoderado del castillo de su Señor y todo a su alrededor estaba corriendo peligro por lo denso del poder maligno acumulado, mucha gente del castillo murió, por eso la señorita Aome y todo su equipo fueron a ayudar

El demonio aparentemente quedó satisfecho con la explicación, pero de todos modos decidió preguntar (como dato extra)

- ¿Fue sola?

Cómo la pequeña azabache no se cansaba de hablar prosiguió.

- Generalmente el señor Inuyasha la lleva y trae de regreso, pero está ves la señorita Sango, el monje Miroku y él tuvieron que ir a otra misión y no pudo acompañarla, así que si, fue sola

Está ves el platinado se quedó conforme con la información que Lin le dió, y ambos se dedicaron a esperar por la chicha que no tardó en aparecer.

El viaje era algo largó, pero ella ya había adquirido una muy buena condición física para aguantar una caminata como esa. Más sin embargo, el joven hijo del Daimio insistió en acompañar a la bella joven para que no fuera sola.

Él, al estar interesado en la sacerdotisa que estaba al servicio de su familia, decidió que la llevaría en el mejor de sus corceles, ella insistió en ir caminando, ya que no le gustaba la idea de subir al mismo caballo que Tadakantsu, pues se sentía incómoda con los intentos de cortejo de su parte. Pero se vió obligada a aceptar por el Señor Fujitaka quien dijo no querer poner a la azabache en peligro al dejarla sola y correr el riesgo de quedarse sin sacerdotisa para purificar su castillo.

El trayecto fue tranquilo y nada rápido, pues a propósito el joven Tadakantsu dejaba que el caballo caminara con tranquilidad he incluso, dejaba que se detuviera a comer alguna flor o pasto que encontraba en su camino, cosa que desesperaba a Aome.

— Se nos está haciendo tarde, su madre debe estar preocupada, ¿por qué no avanzamos más rápido para que usted regrese a su castillo lo antes posible?
— No se preocupe por mi, me se cuidar solo y el camino de regreso no es tan peligroso como parece, al menos para un hombre... Además, me gusta pasar tiempo con usted señorita Aome.

— Emm si, yo... Yo preferiría ir más rápido, tengo cosas pendientes que me gustaría terminar lo antes posible.

Tadakantsu parecía no escuchar o poner atención a las acciones incómodas de la joven, así que siguió intentando alagarla.

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