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¡Que bonito es aquí! ¿Verdad?

— Sí, sí, ¡Yukhei, ven!

Lucas solo rodó los ojos al escuchar las voces de las féminas. Habían llegado a Seúl después de muchas horas de viaje: el solo quería dormir.

Ridículas, estamos en el aeropuerto no han visto nada.

Y como arte de magia, tenía a las dos chicas golpeando parte de su estómago y espalda. Sus acompañantes empezaron a reír al ver aquella escena. Sin duda, el que las dos hermanas menores de Yukhei vinieran, ayudaba muchísimo en el estado emocional de el. Habían tenido pesadas semanas y el chico parecía más decaído.

Cuando llegaron a casa, lo primero que hicieron fue desempacar. La más chica de los Wong se ofreció hacer la cena así que para eso no hubo problema, podría desempacar a su gusto. Lucas se sentó sobre el borde su cama, tenía emociones mezcladas, pero sin duda una de ellas era miedo y preocupación. No quería perder a su familia de nuevo.

¡La cena está lista!

Soltó un pequeño suspiro mientras se levantaba para dirigirse hacia la sala. Ayudo a su hermana a colocar los platos, cubiertos y todas esas cosas. Una vez que estaban todos reunidos, empezaron a comer.

¿Ya saben que van a hacer Meiyun?— Pregunto YangYang, llevándose a la boca un poco de arroz.

Bueno, Yiren y yo pensábamos que podíamos inscribirnos en la misma escuela de Yukhei.

Sintió como la carne se había atorado en su garganta, a lo que Renjun tuvo que dar unos cuantos golpes en mi espalda.

Ni de joda, es demasiado arriesgado.

— Más arriesgado sería que vayan a diferentes escuelas. De echo, estaría bien, estaríamos todos juntos.

El moreno no dijo nada, de nuevo rodó sus ojos enfocándose solo en comer. Fue el primer en acabar, a lo que se disculpo yendo hacia su habitación. No sé sentía con los ánimos suficientes para hablar, ni discutir.

Y cuando menos creyó, cayó en brazos de Morfeo.

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La alarma empezó a sonar, cosa que indicaba una sola cosa: la escuela.

De mala gana se paró para darse una ducha. Cuando estuvo listo, tomo su mochila y bajo hacia la sala notando que no había nadie. Tomo su celular y miro la hora: se había levantado una hora temprano. Se maldijo a si mismo pero no había marcha atrás, solo tomo una fruta, saliendo de casa empezando a caminar, ya que no quedaba muy lejos de donde vivía.

Cuando llegó, como se espero, el salón estaba solo incluso estaba algo obscuro. No le tomo importancia y se dirigió dónde de había sentado la última vez con Minah. Minah.. ¿que habría echo está semana? ¡Las malditas clases! Las había olvidado, espero que no estuviera molesta por eso. Una vez que se sentó en aquel pupitre, recostó su cabeza en este, creo que después de todo tomaría una pequeña siesta.

-MinAh.-

Está vez, habría puesto la alarma bien. ¡No llegaría a clases nunca más! Cómo de costumbre, no había nadie en casa.. o eso parecía. A lo que solo tomo mochila y su lonche para salir de casa, caminando hacia la escuela. El cielo aún estaba algo obscuro pero sabía que todo estaría bien, sabía defenderse.

Cuando llegó a la escuela saludo al guardia amistosamente, dirigiéndose a su salón, aprovecharía para hacer unas tareas, le gustaba cuando no había gente por la mañana, no sabía cómo explicarlo, solo le gustaba. Cuando llegó le tomo por sorpresa a ver a alguien sentado en su asiento. ¿Ahora quien sería el tonto que le había robado su asiento? Esto no se iba a quedar así.

Molesta se acercó a ese persona, empezando a tratar de jalar su camiseta.

— ¡Oye! ese es mi asiento, sabías.

No obtuvo respuesta.

De nuevo, empezó a tratar de tirar de este, con un poco más de brusquedad, era su asiento.

— ¿Qué diablos quieres?.— musitó aquel sujeto con la voz algo ronca a lo que lo reconoció.

Abrió sus ojos perpleja, de todas las peronas en el mundo, de nuevo no creyó que fuera el. Aunque debería admitir que estaba más tranquila el echo que Lucas de nuevo apareciera de nuevo en las escuela. No dijo nada y se sentó a su lado. Empezó a sacar sus cuadernillos, observando que tareas debía avanzar en lo que empezaban las clases. Un pequeño escalofrío recorrió su espalda al sentir como tomaban su mano para colocar sobre los cabellos ajenos.

— Q-Que estás haciendo..

— Bueno, ya que me despertarse, debes darme mimos. Eso me ayudara a dormir de nuevo.

De nuevo, el moreno lo había dejado sin palabras. ¿Mimos? ¿Porque ella? Bueno, aparte que era la única que estaba ahí.. maldición.  No reprochó, con suavidad empezó a acariciar aquellos cabellos cafés. Debería admitir que era una sensación buena, podría estar todo el tiempo haciendo esto. Su cabello era suave.. muy suave. Verlo tratando de dormir la hacia sentir en paz. De nuevo sus ojos se abrieron como plato al sentir la mano sobre la suya.

— Gracias.

Fue lo último que dijo el moreno antes de caer de nuevo dormido. ¿Gracias? ¿gracias porque? no entendía nada de lo que pasaba. Olvidó sus tareas y al igual que el se recostó, sintiendo como sus ojos empezaban a cerrarse.

— Eres muy raro Lucas..

Fue lo último que musitó antes de caer dormida sobre aquel pupitre.

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2020 ⏰

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bad boy // lucas nct.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora